Capítulo I

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Apenas salía la luz del sol por su ventanilla y Freesia ya tenía sus ojos rojos, ojeras y su cabello rojo marañado, como si un tornado pasara por esa cabellera roja. Eran las 5 de la mañana, su habitación era como escuchar al mismo silencio; en el piso eran claras las manchas de pintura y pañuelos sucios. Su cama era el mismo desastre que el piso, pero en vez de pañuelos eran calzoncillos y sostenes que tenían pinta de haber estado ahí un par de días.

-Freesia, ya nos vamos, baja a despedirte de mamá y papá - Gritaron los padres de Freesia

-Ahh, voy.- Freesia con gran amargura por el sueño, bajó y fue directamente hacia la entrada con sus padres.

-Pronto regresaremos querida, solo nos tardaremos 3 meses, no es nada de que preocuparse- Dijo la madre con una sonrisa que no le cabía en el rostro, agarrando su maleta y dirigiéndose al auto dando por ultimo un beso a Freesia en la frente.

-Adiós, ma, también te amo- respondió con sarcasmo.

-Te he dejado dinero en la caja verde que esta en mi habitación, cuídate, te traeremos una postal de Japón, te amamos Fre- Dijo su papá con una gran sonrisa y con atuendo patético de estilo Japonés.

-Si, esta bien, cuidense.- Cerró la puerta y volvió a su recamara.

Los padres de Freesia no son los ideales, más bien, no deberían considerarse como padres; cada 3 meses ellos salen a trabajar a distintos lugares del mundo, o al menos eso es lo que dicen.
Pareciera que nada les importara, sonríen todo el tiempo, tanto que ya no conocen que es estar tristes. Al contrario Freesia era una niña casi sin sentimientos, aburrida y muy hermosa aún sin utilizar maquillaje; en la escuela la mayor parte del tiempo es invisible, todos la creen rara por sus gustos bastante particulares, pero tiene dos grandes amigos que desde el jardín de niños han sido muy unidos, sus nombres son Alice y Theodore.
Alice una chica preciosa con mejillas muy rosadas, cabello de muchos colores (igual que un arcoiris), ojos verdes y su complexión muy pequeña la hace ver un poco regordeta, pero su peso sin dudar no arrebasa los 55 kilogramos.
Por otra parte, Theodore, es un chico muy alto, su cabello es negro, que combina con sus ojos azules, es muy fuerte, de hecho va al gimnasio, todas las chicas babean cuando pasa a lado de ellas. Podría decirse que pertenece con los chicos populares, pero sus intereses hacen que sea rechazado inmediatamente.
Los tres juntos hacen el trío perfecto de raros en la escuela, o al menos eso dicen todos los que los conocen, pero en realidad no hay nada raro en ellos, solamente tienen una habilidad en particular que los hace únicos y diferentes: la pintura.
Freesia, Theodore y Alice, son pintores de una gran corporación llamada COP ("Corporation of paradise"), su trabajo es muy sencillo, cada edificio y cada pared de las oficinas de esta corporación esta pintado por ellos; paisajes, tribales, animales y cosas que nadie ha visto jamás; y como cada trabajo normal, ganan por cada día de pintura, no importa si es poco o mucho lo que hayan pintado, lo curioso es que no ganan como el promedio común, sino ganan más de lo que necesitan, mucho más, y eso es algo que nadie sabía más que ellos.

-Freesia! Lanza tu hermosa cabellera falsa! Y déjanos subir!- Fue el grito más absurdo que Freesia escuchó pero sin embargo se le escapó una risa. Eran Theodore y Alice que estaban en afuera de su casa cargando cajas llenas de botes pintura y brochas de todos los tamaños.

Freesia bajó corriendo de su habitación hasta llegar a la puerta de la entrada, los dejo entrar.

-Oye amiga, te ves asquerosa- dijo Alice con un gesto de disgusto y risa.

-Si y te hace falta un retoque a esa raíz negra que te esta saliendo- continuó Theodore burlándose.

- Ja, ja; muy graciosos, no he dormido nada en toda la noche por hacer el boceto de " Leonard ".

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2015 ⏰

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