Amor Puro
Por Jason Evert
Si un amor genuino se te ha escapado hasta ahora, o si crees que has encontrado a la persona perfecta y quieres que te resulte bien, o si los reproches y la confusión te han hecho pensar que tal vez no existe el amor con el cual has soñado, las siguientes páginas han sido escritas para ti.
Si eres como yo, te han dicho que el sexo es malo. Pero cuando preguntas por qué, escuchas algo como, "simplemente es malo, así que no lo hagas", o "¡Te vas a contagiar con una enfermedad o vas a terminar embarazada!" Aunque estoy seguro de que sabes que el sexo tiene sus consecuencias -y pueden ser lamentables si es que ocurren-, estas razones no siempre son convincentes ni suficientes.
Nuestra generación ha sido enseñada cómo evitar las enfermedades venéreas, los medios de comunicación enseñan 'cómo seducir en 15 minutos' o 'aumentar la frontera de tu placer', pero lo que en verdad queremos saber es cómo encontrar y gozar un amor auténtico, cómo fortalecer, y mantener una relación de amor verdadero, un amor que crece, hace feliz y llena. Se supone que el sexo es un gran regalo, y uno se cansa de escuchar sobre las enfermedades y la cantidad de embarazos no deseados. Si estás listo para otra perspectiva, si quieres que el regalo del sexo y lo que significa sea tan grande como fue la intención, continúa leyendo. Yo me reúno con algo así como 15,000 jóvenes de colegio y universidad todos los meses... le he dedicado mi vida a este 'asunto' y lo que sigue son algunas de las mejores preguntas que he oído. Buscando las mejores respuestas, descubrí que la gran clave que abre el misterio de la sexualidad es la reverencia, la pureza de corazón. A medida que vamos perdiendo la reverencia hacia el sexo y lo que significa, nos vamos haciendo ciegos e insensibles a una realidad capaz de deslumbrar y dejar al mundo sin respiración de lo maravillosa que es.Cristo lo dijo: 'Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios' (Mat. 5:8). Alcanzando la pureza de corazón, un hombre realmente se hace capaz de ver la imagen de Dios en una mujer, y una mujer realmente llega a ver la imagen de Dios en un hombre. Así redescubrimos cómo amarnos: como Dios nos ama. Acepta el desafío... Si tengo el coraje y la valentía de oír a Cristo (más que a mi imaginación o justificaciones convenientes), ¿me pedirá que le dé algo que en realidad no quiero darle? Si no aceptamos el desafío de mirar con honestidad dentro de nuestro corazón, si vivimos como si en nosotros no hubiese nada necesario de arreglar, nos estamos engañando.