- ¿Están todos disfrazados?
- ¡Sí!
- Entonces vamos.
Los niños, después de recoger los dulces, se dispusieron a quitarse sus disfraces, ya que la fiesta estaba por terminar y se irían a sus casas. Pero uno no lo hizo.
- Timmy, ya quítate el disfraz.
El niño no respondió.
Los demás niños le sacaron la máscara y descubrieron a su amigo muerto, desangrado.
El disfraz tenía en su interior clavos y vidrios rotos que desgarraron la piel de su portador.