El Comienzo de las llamas.

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Mi nombre es Nathan, no soy más que un chico que lucha por ser feliz en un mundo de avaricia, un día de Noviembre se festejaría el cumpleaños de mi mejor amigo, como era de esperarse invitaría a sus amigos de escuela, Luke era su nombre, aunque solo conocía a 3 de sus amigos, los cuales eran Ed, Charlie y Jeff, Ese día no pensaba que iba a conocerla, Tan guapa con sus mejillas sonrojadas, cabello rubio un poco ondulado, sus ojos con un tonado color coñac que te abrigaba el alma, y su sonrisa que con solo verla sentía el rose de sus labios, su nombre era Ellen Monroe, ese mismo día mientras todos estaban en la fogata ella y yo nos quedamos a ver las estrellas, llego la noche después de despedirnos se marchó y me pidió mi teléfono, claramente se lo di, después de que todos se fueran salvo, Ed y yo que nos quedamos a dormir en casa de Luke, cuando fuimos a cenar Ed empezó con el tema de que si Ellen me gustaba, yo desde luego lo negué.

-Venga dinos la verdad, no diremos nada.

-La verdad no habría nada que ocultar los 2 eran de gran confianza, y uno era mi más grande amigo.

-¿Por lo menos se te hace guapa?

-Si -Les conteste en silencio no podía negarlo, con el color de sus ojos era inevitable pasarla por alto. -¡Enhorabuena! -Gritaron los 2 riéndose.

Mientras dormían levante mi teléfono y era la medianoche, no dude ni un segundo en mandarle un mensaje el cual me contesto inmediatamente, esa noche hablamos durante 2 horas, cuando nos despedimos nos rendimos al sueño,

Cada día hablamos y reímos juntos, ¡quería verla! Así que le compre un regalo, al final me decidí por una blusa, la cite en el centro, y al instante en que se la di se hecho a mis brazos, fue emocionante como me envolvía su calor, -¡Muchas Gracias! -Con una gran sinceridad a mi corazón -No es nada- Le respondí sonriendo y nos quedamos a conversar un rato, después de partir, la fui a dejar a su casa, de repente sentí un golpe en mi pecho dolía demasiado, estaba seguro, había sido un disparo.

-Vaya, vaya, con que no mueres de inmediato con una sola bala, bueno solo sé que así no te podrás acercar más a Ellen.

-Maldito.

-Vale creo que necesitas una bala más para que esa boca quede chapada. -Me disparo de nuevo, esta vez siendo el tiro de gracia.

Apenas y pude soltar una lágrima, tantas veces que he despreciado mi vida, y ahora en los momentos más emocionantes y felices de mi vida muero, que irónico.

En ese momento aparecí en un lugar extraño donde había 5 caminos, a mi derecha estaba el paraíso, a mi izquierda el infierno, a mis espaldas el limbo y el purgatorio, pero enfrente estaba una puerta multicolor tenia curiosidad, sabía que eran las demás puertas, pero quería saber que estaba delante, al dar un paso al frente, las demás entradas desaparecieron, y al instante se aparecieron unos guantes de cuero en mis manos, no sentí temor ni curiosidad, solo sorpresa al ver que tenían mi apellido. "Espindola", sin más abrí la puerta, cruce y estaba en el cuarto de Ellen, estaba llorando, mire la fecha y era sábado 15 de noviembre, y se suponía que el disparo lo había recibido

hace una semana, el sábado 8, en sus manos tenía la blusa que le di, en ese momento trate de abrazarla, podía sentirla y ella también me pareció que sintió algo, salió a tomar aire, de ahí una persona se le acerco la trato llevarla a su auto, de ahí me cabré bastante, sabiendo que estaba muerto, golpe al sujeto, lo que me sorprendió en ese momento fue que los guantes que traía brillaron, y una flama empezó a brotar en mi frente, cuando Ellen despertó, quedo anonadada y me abrazo.

-pensé que habías muerto

-Yo también

-¿¡No estoy soñando?!

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2015 ⏰

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