Prólogo.

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Querido diario: Hoy me levante con un presentimiento, pero este mismo no era como las otras veces. No, ésta vez, sentí que algo iba a cambiar y no exactamente para bien. Esta mañana cuando baje a desayunar, las señoras del servicio estaban muy nerviosas. Mi papá estaba sentado en su sitio de siempre leyendo el periódico, él también se veía nervioso. Antes de partir al instituto, me dio un fuerte abrazo y dijo que me amaba mucho. Extrañada por su actitud me despedí de él y fui de camino al instituto. Eso no fue todo, cuando iba caminando, por un segundo, solo por un segundo, sentí que alguien me seguía. Probablemente era mi imaginación

Querido diario: Cada día que pasa me siento más sola que nunca. Mamá me sigue culpando por lo que paso hace mucho tiempo atrás. Papá ya no me habla. ¿Acaso las cosas pueden cambiar en un año? ¿Cómo es posible que, mi papá, pase de preocuparse por mí a no importarle mi vida? En el trayecto de este año, esa sensación de ser asechada por alguien, siempre estaba allí presente. Un día, me levante de noche porque escuche ruidos que provenían de abajo, recuerdo haber bajado las escaleras con sumo cuidado y fui directo a la cocina, la ventana estaba abierta, me apresure a cerrarla. Entonces lo vi, ahí afuera, en el jardín trasero de mi casa había un hombre. Otra vez, pensé que era mi imaginación.

Querido diario: Hoy cuando regresaba a casa, había un auto negro estacionado frente a la puerta. Ésta situación me pareció un tanto extraña, pues mis padres deberían estar en la empresa. Además, nunca recibimos visitas imprevistas. Entre con mucha cautela, sentí un dolor en mi pecho y supe que algo no andaba bien. Recuerdo como escuche un ruido que provenía de la cocina, cuando me asome hasta allí, vi la silueta de un hombre vestido completamente de negro. El tiempo pasó, las cosas fueron de mal en peor, cada día que regresaba del instituto había distintas notas bajo mi almohada. La primera decía Elizabeth y estaba escrita con una tinta roja, o eso creí. Ésta vez, decidí creer que era mi imaginación.

Querido diario: Cada día que regresaba del instituto había distintas notas bajo mi almohada, todas escritas sin sentido, solo que estaban en tinta azul. Recuerdo que una de las notas que encontré, decía voy, una palabra tan corta como esa escrita con tinta roja. Le conté a papá sobre lo que estaba sucediendo, lo que hizo que se ponga aún más histérico. No podía salir sola de casa, iba a todos lados con seguridad de la empresa de papá. Mi mamá y él reforzaron las cámaras de seguridad de casa. Finalmente nos tuvimos que mudar pero, aún así, llagaron más notas. Yo sabia que esto no lo estaba imaginando.

Querido diario: La nueva casa es muy linda y espaciosa, mi habitación es lo suficientemente grande, aquí también tengo mi propio baño, además papá mando a hacerme una mini biblioteca para mi. Hice algunas amigas, las que aseguro que solo lo son por mi dinero. Nos mudamos a un vecindario privado, por nuestra seguridad. Mis padres dejaron de llevarme a los eventos junto a ellos. Mi nuevo instituto queda muy lejos. Tengo un casillero, el cual, ya esta decorado con flores y algunos dibujos. En mi segundo día de clases encontré una nota por es lo único que decía, nuevamente esa tinta roja. Ese día cuando llegue a casa, supe que las cosas no andaban para nada bien. Esta vez, me encontré con la terrible y dolorosa noticia que Erick estaba muerto. Lo asesinaron, él era mi guardaespaldas y mano derecha de papá. Cuando estábamos en su velorio, recuerdo como de lejos vi a un hombre y este no dejaba de mirarme. Preferí creer que no había visto nada.

Querido diario: Hoy mi papá llego temprano, entro por la puerta hablando por teléfono, y juro por Dios que hubiera preferido no escuchar su conversación. Mamá me regañaría si supiera que estuve espiando a papá. Él dijo algo como "No puedo permitirme darles esa cantidad de dinero, si quiere vamos con el otro plan, si, con el de Elizabeth". Tarde varios minutos en entender todo. Recuerdo haber subido a mi habitación y sobre mi cama había otra nota, Ti es lo único que decía. Me mente se despertó como un rayo y busque algunas de las notas que estaban guardadas en mi cajón, lo pensé solo unos segundos, solo tomé las pequeñas notas escritas con esa tinta roja. Con manos temblorosas las junte sobre mi cama, 'Elizabeth, voy por ti'. Supe que esto ya no era mi imaginación, no podía ocultar lo que realmente estaba pensando, ¿Acaso mi papá me había cambiado por dinero? Leí las notas una y otra vez, entonces realmente lo supe. Ellos vienen por mí.

Stockholm Syndrome. |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora