21.

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Terminé de leer la estúpida carta y no me resistí a romperla y tirarla en el triturador de la cocina. Me iría y ya no me agobiaría con eso.
Drake me ayudó a subir mis maletas a la cajuela de su auto y luego me subí en el asiento del pasajero.

—¿Llamarás? —Preguntó arrancando.

—Todos los días —respondí con una media sonrisa.

Drake me sonrió de regreso y manejó todo el trayecto hasta el aeropuerto. Una vez que llegamos, esperamos a que saliera mi vuelo.

—Mamá estará feliz de verme —dije comiendo un chocolate en barra— También Lucas, creo.

—¿Tu hermano menor? —Asentí— Estaré feliz de que estés segura, iré a visitarte en cuanto las clases acaben.

—Vale, te estaré esperando —respondí con una sonrisa.

Llamaron a mi vuelo, así que me despedí con un beso y un fuerte abrazo para luego entrar por el pasillo. Anónimo había terminado. No tendría de qué preocuparme nunca más.

ACOSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora