Sentir que uno tiene tan poco tiempo para disfrutar la vida, y nos pasamos buscando la felicidad dentro de cosas tan pequeñas pero esenciales como la victoria o el amor, no sé si encuentre mi otra parte en esta ciudad, país o mundo; he sido tantas veces rechazado que me es fácil decir que el amor es algo tan similar como un arcángel: Muchos creen en ellos, pero muy pocos lo han visto. Cada día que pasa, solo vivo por vivir, estudie diseño en el instituto, pero trabajo como guía en una sala de arte desde hace 4 meses. No vivo con nadie, mis padres fallecieron hace algunos años, mi hermano vive en Canadá y yo solo vivo con Nino, un Beagle de 2 años. Ya son las 9 de la mañana y ya estoy en el salón de arte del siglo XXI. Como hoy es Agosto, llegan nuevas exposiciones, generalmente son de arte moderno o esculturas futuristas, pero hoy fue extraño, dentro de todas aquellas figuras y expresiones de artes, había un cuadro, con marcos plateados con un azul índigo, ya a lo lejos, pese a que aun tenia la manta que cubría la pintura, sentía algo especial y vibrante, algo que ninguna pintura a producido dentro de mí. Cuando los encargados de la sala sacaron la manta, observe lo que me producía aquella excitación: Era una ángel, con su pelo rojo al viento, las alas con el plumaje blanco en una posición de reposo sentada en lo que parecía ser una iglesia gótica, con estatuas de mundanos y ángeles caídos petrificados, ella miraba hacia abajo, como mirando a alguien, con una expresión entre duda y amor, con unos ojos verdes y unos finos labios curvados, que mezclaba una sonrisa junto con una línea de seriedad. Me acerque a leer la inscripción que esta tenia, que decía: Prohibido amar, de Ginna Greco. Año 2004. Me puse a observarla, había algo en la ángel que no sé cómo llamar a esa sensación, este día ya no era el típico día aburrido y rutinario de mi vida, donde solo iba a la galería de arte, volver de la galería, escuchar música o leer y dormir, esta pintura altero mi día, mi rostro y me saco una sonrisa, gesto que no hacía desde que recibí a Nino.
Ya en casa, aun tenía en la mente la pintura, acostado y mirando hacia la ventana donde mis ampolletas son las estrellas y mi lámpara la luna llena. No sé qué tan real sean los ángeles, pero esa pintura casi podía sentir que tan suave era la piel de la joven ángel. De tanto pensar, me quede dormido, y comencé a soñar. Estaba en un pueblo con un clima muy templado, no recuerdo haber estado allí nunca, me dedique a caminar entre los caminos, algunos eran de adoquines y otros de tierra. Hasta que llegue a lo que parecía ser una iglesia, tanto por su torre como por su entrada. Ingrese y era más grande de lo que podría imaginar. De repente escucho unos pasos por una escalera, venían de mi izquierda, solo alcance a ver un pie descalzo, seguido por una prenda blanca. Le seguí corriendo, pero la persona que seguía era más rápido. -Espérame, no vayas tan rápido- le grite. -Alcánzame- dijo, junto con una risa femenina. Trate de seguirle el paso, pero pareciera que ella conocía el lugar. Cuando me faltaban unos pocos metros, escuche una puerta abrirse, me apresure más antes que cerrara. Al llegar al final último piso e ingresar a la sala, que en realidad era un balcón, que de inmediato supe donde estaba: Era el mismo sitio de la pintura, las mismas gárbolas y ángeles caídos petrificados. Al mirar hacia el otro lado, la vi, una melena roja entre lisa y rizado, unos ojos verdes como esmeralda, un aro color azul índigo en su oreja izquierda, una piel caucásica, radiante y pura, un par de alas de ángel, que mediría un metro cada una, una túnica blanca sin mangas, que iniciaba de sus hombros con dos tiras a cada lado y finalizaba en sus tobillos. Estaba mirándome de frente, y sus pies tocaban la última parte del balcón, tenía una expresión alegre y entre risa, y salto en caída. -Nooo, por lo menos dime tu nombre- le grite corriendo hacia ella. -Sofía, Sofía es mi nombre-me dice con su voz tan alegre y cálida. Y en ese momento, desperté.
Con una desesperación que no es común en mí, vi la hora; 10:30 de la mañana, generalmente me levanto a las 7 de la mañana, pero justo hoy tenia turno de noche. Me puse de pie y mire por la ventana, era raro ver siempre el mismo paisaje urbano, pero que de repente sientas que algo cambio, no es una nueva edificación, ni un vecino nuevo, quizás sea suficiente con cambiar de ánimo por un momento para ver diferente al mundo.

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Prohibido Amar
RomanceClau es un guardia en una sala de arte, no conocía lo que era la palabra amor hasta que vio una Soffia, una ángel de una pintura muy bella que no le dio tregua ni en los sueños.