La Fundación y el barrio 1 de mayo están siendo mencionados en distintos medios y reciben muchas donaciones y apoyo permanente de distintas organizaciones. Una empresa amiga de Zitor y muy influyente quiere agasajar a los que trabajan por el bien de la comunidad, realizando una gala con el fin de juntar fondos para dicha causa. Vendrán políticos y empresarios, también algunos artistas. El obispo Ortíz, las monjas del convento Santa Rosa, y todos los que trabajan en y para la Fundación son los invitados especiales. Por supuesto, Esperanza y Gonzalo están entre los agasajados.
Pese a los rumores de la relación clandestina entre el obispo y la ex novicia, Tomás no decae en su deseo de estar junto a Esperanza en todo momento, aun cuando las miradas no cesan de reprobar dicha relación. El joven obispo ha sido desafiante con sus pares y superiores, muchos no le perdonan su rebeldía, sin embargo muchos lo respetan por su compromiso y también porque se ha vuelto poderoso e influyente.
A pesar de esta lucha constante de Tomás para conservar su vínculo con la Iglesia y con Esperanza al mismo tiempo, su amada ha entrado en un período de cansancio y decepción, ya que el final de esta historia parece no llegar nunca.
-Nunca vamos a estar juntos- le decía Esperanza-. Todo se me hace eterno, cruzarte, mirarnos. Yo quería tener una familia con vos, pasar nuestros días juntos, hacerte el desayuno, mirar la televisión en la cama, dar un paseo por el parque de la mano, juntos. Es lo que hacen dos personas que se aman.
-Mi amor, solo necesito un poco mas de tiempo, encontrar a alguien a quien pueda dejar haciendo mi trabajo, alguien dispuesto a seguir esta obra de la que dependen muchas familias. Sé que te pido mucho, mucho, pero tanto como te pido es mi amor, inmenso- Tomás dejó caer sus labios sobre los de Esperanza al mismo tiempo que secaba una lágrima que rodaba por su mejilla.
En un beso muy tierno volvieron a prometerse que esperarían el tiempo necesario, aun cuando la pasión desbordaba.
Esperar era una utopía, nunca pudieron esperar para estar juntos, nunca. Cada trámite, cada diálogo, cada momento casual era una excusa para conectarse piel con piel y amarse en el fuego de lo prohibido.
(continuará el capítulo)
