Capítulo 21

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Sigo acostada en mi cama pensando en lo que había pasado la noche anterior. Muero de vergüenza por no haberme dado cuenta de lo que sucedía, era tan obvio. Giro hacia un costado, la brillante pedrería del anillo esta mirándome desde la mesita de noche, seguro burlándose en silencio. ¿Qué estoy diciendo?
Un diminuto ruido me hace dar un gran respingo, me siento sobre la cama, pum, ahí está otra vez. Una roquita choca contra el cristal de mi ventana, pum.
Al asomarme tres cabezas rubias están en la parte de abajo, Amanda me hace una seña para que baje. Suspiro lo más fuerte que puedo para que escuchen.
Al bajar, quitó la silla que atranca la puerta y dejo pasar a las chicas que parlotean un sin fin de cosas incomprensibles por hablar a la vez, al cerrar la puerta las tres callan
-¿Qué?- creo que han preguntado algo
-¿Podemos organizar la boda?- se convierten en una sola voz chillona. me voy a la sala ignorandolas y ellas me siguen como ovejas, aun hablando
-La fiesta de compromiso fue una manera de demostrarte de lo que somos capaces- empieza una.
-Por favor, admite que te gustó- le sigue la otra.
-Imagina lo que haremos de tu boda- termina la última.
-¿Cuantas veces debo decir que NO VOY A CASARME?- digo lo más relajada posible.
-¿Y porque le dijiste que si a Gastón?-
-Yo no acepte- muestro mis manos para que capten que no uso el anillo.
-¿Be-Bella... en donde esta el a-anillo?- dice Amelia cuidadosa y estúpidamente.
-Eh, accidentalmente calló al inodoro y... accidentalmente jale la cadena del desagüe- No sucedió, pero no era mala idea.
-¿ESTÁS LOCA?- Me dice Amanda muy histérica -¿Sabes lo que daría cualquier chica por que Gastón se fijará en nosotras? ¿Sabes lo que daríamos por que nos pidiera matrimonio? ¿LO SABES?- Termina, levantándose y mirándome a los ojos tratando de intimidarme.
-Entonces dicelo- me levanto y quedo a su nivel ahora, la empujo para poder pasar hacia el otro extremo de la sala -¡A mi no me interesa!- Tomo mi ballesta y uno de mis libros y salgo azotando la puerta.
Lo pienso por unos instantes y vuelvo a abrir -Váyanse de aquí- les digo a las tres -Y no quiero que saques duplicado de mis llaves- señaló a Amelia.
-Es que ya lo hice- me dice con voz baja y acariciando un mechón de cabello.
Frunzo el ceño y azoto con más fuerza mi puerta.
Saco a Philip de su corral y voy directo al bosque.
~•~
Todo esto está mal. ¿Cuando se volvió un problema para mi Gastón y la gente del pueblo? Antes mi único problema era tener la responsabilidad de mantenerlos con vida, ahora ellos son el problema.
¿Cómo es que deje que sucediera?
Pateó con fuerza la tabla donde estoy entrenando, la manzana que puse en el otro extremo sale suspendida en el aire y accionó mi ballesta, la manzana se hace añicos cuando azota en un árbol. Philip esta justo debajo comiendo los trocitos.
Voy al saco de manzanas pero antes de tomar a la siguiente victima frutal oigo pasos que vienen directo hacia aquí de entre los arbustos, sin pensarlo dos veces doy media vuelta y en un parpadeo una de mis flechas esta clavada dentro de un árbol y justo a 15 centímetros abajo otro de mis problemas... Adam.
-Fallé...- susurro con desagrado, aunque una parte de mi se siente aliviada de fallar.
-Woow- noto su voz algo nerviosa, bueno, es de esperarse casi le vuelo los sesos -E-estuvo muy cerca- dice y traga saliva muy ruidosamente.
-Debes anunciarte previamente antes de llegar cuando estoy entrenando con mis juguetitos mortales... a menos que quieras jugar- digo poniendo una nueva flecha en la ballesta.
-Lo tendré en mente- se acerca a mi con paso firme.
-¿Estas acosándome?- suelto sin antes procesarlo en mi mente y el pone una cara como si no hubiera oído bien lo que dije. -Digo, porque a donde quiera que voy ahí estás, incluso en mi casa (donde no me sorprende, porque puedo encontrar a quien sea ahí a estas alturas), pero ahora también mi lugar especial, el bosque-
-Aja, ¿Todo el bosque es tuyo?-
-Agh, no me refería a eso-
-¿Donde quedó el anillo señorita prometida?- suelta cambiando drásticamente la conversación y yo lo fulmino con la mirada.
Ahora solo se limita a mirarme con una sonrisa de oreja a oreja, esta sentado con las piernas cruzadas sobre una gran roca donde esta mi saco de manzana. Pero no puedo sostener su mirada por más de tres segundos, es como si me hipnotizará, ahora estoy sonriendo como una boba, bueno internamente, pero se esfuma en medio segundo
-¿Phil?- pregunto al lugar vacío delante de mí en un tono más preocupado de lo que esperaba.
¡Philip!- grito un poco mas alto
-¿Qué sucede?- me dice Adam acercándose.
Lo escucho relinchar y su sombra aparece de entre los árboles a lo lejos
-¿Qué fue lo que te dije caballo tonto? ¡Quédate cerca cuando estemos aquí!- le grito aún más alto, pero esta cabalgando muy rápido hacia nosotros, algo va mal.
Se acerca más y más rápido de lo que debía, parece algo asustado, algo lo hizo regresar de esa forma.
-Phil- susurro y me quedo inmóvil, ya esta casi encima de mi y no tiene finta de querer detenerse.
-Bella, abajo- me grita Adam pero antes de reaccionar el se abalanza sobre mi y me cubre con su cuerpo cuando caemos al suelo y me aprieta hasta hacernos bolita, es muy sofocante pero dentro de mi hay una serie de emociones que están explotando, primero un vuelco en el estómago al sentir sus brazos rodeandome, luego el calor en mi cara cuando siento su pecho contra mi espalda y un lindo cosquilleo en mi oreja cuando su dulce aliento choca en ella, me estremezco involuntariamente.
Philip salta encima de nosotros sin siquiera percatarse y sigue corriendo como alma que lleva el diablo.
-Phil...- la suave mano de Adam corta mi grito cuando tapa mi boca, otro pequeño vuelco...
-Shh- me dice en el oído, afloja poco a coco su agarre y cuando me suelta por completo aprovecho para tomar una bocanada de aire
-¿Qué?- le digo sin aliento. El vuelve a sisear y sus pupilas azules no dejan de moverse tratando de encontrar un punto específico de donde vino mi caballo
-Escucho algo- me dice y yo trato de escuchar cualquier cosa más allá de mi tratando de recuperar el aire perdido y el galope de mi caballo alejándose.
-No escucho nada- digo pero el parece perdido en lo que dice escuchar y mira fijamente a cierto punto, mi ballesta esta a un par de metros me levanto para poder ir y tomarla pero inmediatamente Adam tira de mi brazo haciéndome caer de nuevo al suelo.
-Auch- mascullo cuando mis rodillas aterrizan en la fría tierra y entonces comienzo a escucharlo, un sonido algo agudo y viene de la misma dirección de donde vino mi caballo y de donde ahora no despega la vista Adam, el sonido es creciente y constante y comienza a entenderse más "Ayuda, Auxilio, ¿Hay alguien ahí?" Y justo aparecen dos siluetas distinguibles, Adam se levanta y me vuelve a jalar del brazo llevándome atrás de la roca que estaba a un costado, las voces siguen hablando y acercándose
-¿Qué haces? Es claro que son personas- le digo en voz baja. -Y están pidiendo ayuda-
-Exacto, y si están pidiendo ayuda, ¿Qué crees que los este siguiendo?- la piel se me pone de gallina ante tal comentario, más por el tono tan serio que presentó. Jalo mi ballesta de mi espalda pero solo consigo un arma invisible en mis manos, me asomo sobre la roca y ahí estaba, justo en donde no pude tomarla. Doy un puñetazo a la roca y vuelvo a mi lugar, desenfundo uno de mis cuchillos y Adam abre los ojos como platos. Luego de eso, las personas ya están aquí.
Contengo la respiración, si las bestias aparecen debo de actuar
-Mira, manzanas- escucho la voz de uno de los sujetos, tiene un peculiar acento francés
-Deja... eso,- habla el otro tratando de recuperar el aliento, incluso casi se le van las palabras por tratar de respirar -El... caba... siga... sigamos al... caballo-
-Cierto- dice con la boca llena, creo que a tomado una de mis manzanas.
Los escucho marcharse después de eso, alcanzo a verlos un momento de espaldas; uno es chaparro y algo regordete y el otro todo lo contrario, alto y muy delgado.
-Qué curiosos hombrecillos- me dice Adam riéndose.
Lo primero que hago es recoger mi preciada ballesta, es un milagro que no la hayan visto. Luego subo la guardia para disparar a cualquier cosas que se mueva.
-No tiene sentido, las bestias ya debieron haber aparecido- digo después de unos minutos
-Tal vez sólo se perdieron-
-Tal vez, no parecían heridos ni como si hubieran visto a una bestia- me cuelgo mi ballesta en los hombros -Vamonos-
-¿Y el caballo?-
-Sabe muy bien el camino a casa, debió guiarlos hasta ahí-

Gracias por leer ♡
PD. Perdón por tardar en actualizar (/.\)

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