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Era un día de navidad estába mi familia y yo en la casa de mí abuelo a las afueras de la ciudad, la verdad siempre me ha dado miedo de noche supone oscuro y lleno de neblina.
Eran las tres de la madrugada y tenía ganas de ir al baño para mi buena suerte el baño quedaba afuera de la casa de mí abuelo, cerca de un árbol tenebroso y gigantesco.
Le dije a todos de mi familia y nadie me quería acompañar pero a mi abuelo le seguí insistiendo e insistiendo hasta que dijo que si.
Fuimos, salimos y sentí un frio que llegaba hasta el fondo de los huesos, caminábamos lento y lo único que se escuchaba eran los grillos y ramas que se partían. Llegamos al baño, estába oscuro, no había luz eléctrica ni nada, me senté e hice mís cosas.
Mi abuelo comenzó a hacerme platica, de repente sentí un gran calor como de 30 grados, mi abuelo seguía hablando sin parar, es aire era cada vez más fuerte moviendo las ramas, en mi baño en vez de tener puerta tenia una cortina y la cortina se iba a dirección del aire y vi en ve de pies patas de cabrá y a mi abuelo la voy le empezó a cambiar, la piel se me hizo de gallina y los escalofríos pasaban por mi espalda, me asome en la ventana del diminuto bajo y en la casa a mi abuelo hablando con mi madre y mís hermanos.
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