ਦੋ

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Después de varias semanas tocando en la cafetería sin recibir al menos una mirada por parte de él, me sentía realmente cansado de todo y a la vez de nada. Pasaba toda la noche tratando de escoger una buena canción para él, pero no recibía ningún gesto de su parte. Así que pensé que seguro era el estilo musical, y cambié millones de millones el tipo de música y seguía sin recibir nada a cambio.

Todo el mundo podía notarme en el lugar, todos menos él y comenzaba a ser muy molesto. Mi propina había aumentado el triple y la gente, en ocasiones, cantaban junto a mí o aplaudían siguiendo el ritmo y eso hacía que las ganas de seguir cantando aumentaran pero al mismo tiempo desaparecieran al ver al chico metido en sus libros.

Todos los días a partir de las 7pm, de lunes a viernes, tocaba para cada uno de los clientes.

Él enserio me gustaba de una manera que podría asegurar que estaba más que enamorado, y aunque no sabía nada de él y no sabía el porqué de esto me parecía el sentimiento más extraño que he podido sentir hasta ahora.

Una tarde en la explicación del porqué los adolescentes cambian de ánimos muy rápido, se me ocurrió una idea ¿Qué tal si escribía una canción para él? Describiendo cada sentimientos y todo lo que sentía respecto a él sería más que obvio, y así podría verme.

Definitivamente ese día fue el más largo de todos, y a las tres de la madrugada tenía una canción compuesta y terminada. Repasé las líneas y los versos, tomé mi guitarra y comencé a ponerle un ritmo, escuchaba como mi hermana daba golpes en la pared tratando de que me callara, ya que, era muy tarde y ella mañana tendría trabajo, pero no me importó en mi cabeza sólo estaba el chico de la cafetería leyendo sus libros y yo cantándole aquella canción.

Al día siguiente me levanté tarde, eran las 10:30 de la mañana y decidí dormir una cuantas horas más y por primera vez en la vida no me importó la universidad ni mi carrera, sólo era la canción y él.

Esa tarde llegué feliz a la cafetería. Volví a sentir aquella emoción y nerviosismo como la primera vez que canté.

En mi cabeza daba vueltas la letra de la canción, y estaba tan concentrado que no escuché la campanilla sonar y Henry me avisó que él había llegado. Salí hacia delante, y me acomodé frente al micrófono, hace unas semanas atrás Leyla logró comprar uno para poder seguir con mi plan de sacar adelante las cuentas.

Entonces observé el reloj, las 7:03 marcaban.

Comencé con los acordes, ya no tenía le nerviosismo del primer día así que me dejé dejé llevar.

« Es simplemente otra noche

Y estoy mirando la luna

Vi una estrella fugaz

Y pensé en ti »

No podía dejar de mirarlo y él no podía mirarme. No lo entendía, en verdad estaba siendo demasiado obvio pero no había ninguna reacción por parte de él.

Sólo estaba allí, tomando de su café amargo y resaltando una cuantas palabras en su libro de historia.

Así que sólo pensé: 'Sólo necesito una mirada tuya, por favor, mírame de una maldita vez'

« Así que abre tus ojos y mira

La forma en la que nuestros horizontes se unen

Y todas las luces se irán

En la noche junto a mí »

Seguí cantando, ignorando su presencia, sintiendo que él no se encontraba cerca a la ventana sin prestar ni las más mínima atención y cuando mi vista se posaba en él no había ninguna intención de mirarme.

Al terminar la canción, recibí los aplausos y silbidos de siempre. Dirigí nuevamente mi mirada hacia su sitio, y dejé la guitarra en uno de los asientos.

Desde ese día no volví a tocar en la cafetería, Leyla me rogaba a que vuelve a hacerlo, pero yo sólo me negaba y seguía atendiendo a los clientes.

Muchos de ellos me preguntaban cuando iba a ser mi siguiente presentación, yo sólo negaba y les decía que ya no habría mas.

Aunque cada noche trataba de ignorarlo, pero los panecillos de arándanos siempre estaban esperando por él y mi corazón igual.

Un chico de cabello castaño llegó hasta su mesa y se sentó junto a él. Los celos me invadieron y no podía dejar de verlos, pero algo llamó mi atención.

Aquel nuevo chico había pedido una malteado de chocolate con unas donas, Mark fue el que lo atendió y me apoyé en la pared para poder observarlos mejor. Quería estar en su lugar, poder observarlo más de cerca y reír junto a él.

Pero, algo llamó mi atención notablemente.

Aquel chico con un piercing en el labio se comunicaba con él por gestos raros, y fruncí el ceño tratando de saber que era lo que trataba de decir.

Y caí en la cuenta que Él era Sordo Mudo.

Y me sentía estúpido al creer que me ignoraba porque quería.

Y se me ocurrió una gran idea.

Una de las mejores en mi vida.

But first, Coffee|| RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora