Visitas nocturnas I

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Disfrazada de cordura
por la fría calle paseo
sin ninguna atadura
más que cumplir mi deseo.

Perderme en la oscura noche
y liberar de estas cadenas
que atan con tanto reproche
mi imaginación a mis venas.

Cuando llego al bajo muro
que hay enfrente de tu casa
me siento y miro con apuro
tu solitaria terraza;

entonces saco con cuidado
de la mochila mi libreta
atenta me quedo esperando
ver, por fin, tu silueta.

cuando se enciende la luz,
y te veo en tu ventana,
siento que tengo una cruz
me quedo tan anonadada...

Escribo, sin evitarlo
tantas cosas que me infundes...
Yo no puedo superarlo...
¿Por qué tanto me hundes?

Siento tanto amor y pena...
Confusión, odio, rencor...
Me arden tanto estas cadenas,
siento yo tanto dolor...

Solo deseo acercarme
a tu iluminado balcón
y un "te quiero" susurrarte
entregándote mi corazón.

Pócimas e ConxurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora