Segunda parte.

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Con el corazón en la garganta, SeHun se dio la media vuelta con una lentitud casi dramática para ver a ChanYeol frente a él.

Como la mayor parte del tiempo, el mayor llevaba puesta una camiseta con cuello "V" blanca igual de ceñida al cuerpo que los pantalones de mezclilla gris que traía. Calzaba sus habituales botas militares y como no podía faltarle nunca, una chaqueta negra de piel; el único cambio que había logrado notar era que ahora llevaba el pelo de un castaño más claro, casi rubio y arreglado desordenadamente con los rizos cayéndole sobre la frente.

ChanYeol era lo que todos conocían como un playboy. Era el chico más deseado de la Universidad tanto por sus capacidades en la cama como por su rendimiento académico y habilidad en la cancha de basquetbol. Divertido y amable con el toque sutil de un gilipollas de novela... El partido perfecto, sin duda. Muchas y muchos matarían por tener a ChanYeol como él en ese momento: acorralándolo entre su cuerpo y la puerta tras de sí. Aunque lo único que SeHun quería era tener al chico lo más lejos posible.

— No has contestado mi pregunta, Hunnie. ¿A dónde pensabas ir? — La voz del mayor sonó tan grave y sería que a SeHun se le pusieron todos los pelos de punta. Tragó pesado antes de intentar empujar lejos de sí al más alto, cosa que acabó peor ya que ChanYeol tomó eso como un incentivo para pegarse más al cuerpo ajeno, provocando que la espalda de éste chocara con la puerta al intentar alejarse y sus manos quedaran aprisionadas entre su cuerpo y el del más alto — SeHun...

— Eso no te importa. — Tenía la mirada baja, pero su tono era firme. Tal vez por no ver al mayor, precisamente. — Ahora quítate.

— No.

— Park...

— He dicho que no. — SeHun se estremeció y como mero reflejo, levantó la mirada. Mala idea. Los ojos oscuros de ChanYeol reflejaban mil y un emociones diferentes, volviéndose imposible para el menor identificarlas a cada una de ellas pero, en alguna parte, logró percibir algo parecido a la... ¿tristeza? No. Eso no podía ser pero... ¿Entonces por qué sentía el sentimiento tan verdadero? — Tenemos que hablar. Ahora.

Aquella voz tan demandante sólo mató el hilo que sus pensamientos llevaban y provocó que una risa carente de gracia saliera de su boca, desconcertando al mayor. Su mirada reflejaba repentino aborrecimiento que no pasó desapercibido por el castaño.

— Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. — Dijo enfatizando el "nada" con un tono mordaz.

Hizo el intento de empujarlo de nuevo, golpeando su pecho con ambas manos y logrando moverlo apenas una nada antes de que el mayor reaccionara y tomara sus muñecas con una sola mano para dejarlas atrapadas por encima de su cabeza. Un chillido de frustración pugnaba por salir de su garganta, pero lo único que atinó a hacer fue retorcerse como un animalito asustado en un intento de liberar sus muñecas del agarre de ChanYeol mientras lanzaba maldiciones al aire.

— ¡Carajo, ChanYeol! ¡Quiero que me sueltes de una puta vez!

— ¡NO! ¡No hasta que escuches lo que tengo que decir!

SeHun cerró los ojos tembloroso cuando ChanYeol golpeó con la palma abierta la puerta, a unos cuantos centímetros de su rostro. Apretó los labios sin abrir los ojos cuando a los segundos escuchó al mayor suspirar pesado cerca de su cuello al momento de deshacer el agarre que ejercía en sus muñecas.

Sus manos cayeron inertes a los costados de su cuerpo y su cabeza golpeó sin fuerza la puerta detrás, quedando ligeramente sobre su hombro derecho, erizándosele la piel alrededor gracias al choque caliente de su respiración.

playboy; chanhunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora