Prólogo.

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El fuego carcome poco a poco las paredes de aquel sitio. El viento lo aviva rápidamente haciéndolo rugir, la madera de puertas y muebles crepita mientras son devorados progresivamente por las enormes llamas que se levantan imponentes ante su mirada atónita. Intenta moverse pero su cuerpo se encuentra tan dañado que no consigue hacer que ningún musculo avance siquiera unos centímetros. Las brasas se acercan rápidamente y ella puede sentir el ardor en su piel por la proximidad de éstas, es el fin... todo el camino recorrido y los sacrificios realizados han sido en vano ¿acaso todos han muerto? ¿Incluso aquel a quien tanto amaba?

Por fin logra rodarse  y quedar sobre su pecho, hace un sobrenatural esfuerzo y comienza a avanzar,  arrastrándose, sacando fuerzas  del deseo de sobrevivir y encontrarle.

 El humo que envuelve todo bajo su espeso y gris manto hacen que cada vez sea más difícil respirar, las llamas avanzan presurosas y hambrientas. Es imposible, el dolor en todo su cuerpo no dejará que se mueva de nuevo, se tiende agotada y resignada a aceptar su destino. Mira el fuego acercarse y en él parece ver una figura conocida.  Apenas puede mantener los ojos abiertos, el aire le falta y cree que alucina, solo a ella se le ocurre ver formarse entre las llamas una figura masculina que se acerca hacia ella.

Levanta la mano  al frente como si con ello fuera a tocarle y de pronto todo se vuelve negro...

Bajo el manto del dragón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora