Capítulo 2: Números en la fachada.

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Camión 81, Ambulancia 61. Incendio doméstico. CalleDakin número 23.

Shay se quedó paralizada, se la veía preocupada. ¿Pero porque?Nos miró a todos y tras unos segundos frente a todo el equipo, saliócorriendo rumbo a la ambulancia.

Todos, paralizados al rededor de las mesas de la cocina delparque, nos miramos sin decir ni una palabra.

- ¿A qué narices estáis esperando? Moved el culo. – GritóCasey.

Como siempre, realizamos todos los procedimientos necesarios.Cogimos nuestros trajes y con los cascos en las manos, corrimos haciael camión.

- Ya estamos otra vez con las mismas gilipolleces de siempre.Vamos a tener que pillar a ese cabrón nosotros. La policía no hahecho absolutamente nada desde la última vez.

- Estoy contigo Herrmann. Esto es una vergüenza. Shay es nuestracompañera y ante todo es nuestra amiga, no estoy dispuesto a dejar aese capullo ni un minuto más suelto por ahí.

- Otis. Herrmann. ¿Por qué no habláis lo que tengáis quehablar en el camión de camino?

No sabía qué hacer. Todos estaban demasiado cabreados y sinsaber cómo reaccionar ante una situación como esta. Me quedesentada en el sofá del parque 51 un minuto más pensando en todo loque acababa de pasar e intentado relacionarlo con algo.

En cuanto escuche las sirenas, me levanté y me dispuse a salvarvidas. Pero lo que yo no sabía era lo que realmente me iba aencontrar en cuanto llegará al lugar de incidente.

Shay y Dawson ya estaban allí cuando nosotros bajamos del camión.

- Chicos ya sabéis que hacer. Mills, Otis, Cruz. Las mangueras.Herrmann reconocimiento conmigo. García con Dawson, les vendrá bienalguien del equipo.

Nos pusimos manos a la obra. No podíamos perder más tiempo.

Me dispuse a coger mi casco y sin pausa fui hasta la ambulancia61.

- Gaby, Casey me ha dicho que puede que necesitéis mi ayuda. Aquíme tenéis.

Dawson me sonrió en señal de agradecimiento mientras miraba aShay, que, frente a las escaleras que llevaban a la puerta principallloraba desconsolada.

- Es su casa. – Me dijo. – Su novia vive con ella.

Mi compañera reaccionó e intentó entrar en el edificio enllamas a toda costa.

- Shay no puedes entrar. Lo sabes perfectamente. Te avisaremos sivemos a Kaila. Quedate aquí y no te muevas. - Explicó Severidecogiéndola de los hombros. - García, ven aquí. Quédate con ella.

Severide era el mejor amigo de Shay desde siempre. Según lo quetenía entendido habían estado viviendo juntos hasta que ella semudó con Kaila. Severide no se fiaba ni un pelo de ella.

- ¿Esto a pasado más veces? Los chicos lo han estado comentandoen el camión. Dicen que un tío la está acosando desde hace cosa detres meses, ¿Qué está pasando? - Pregunté confusa antes demarcharme.

Por lo que me habían contado Mils y Otis, Shay era una personacon bastantes problemas. Parecía ser que últimamente solo era ellarealmente cuando estaba con todos nosotros en el trabajo. Tal vez,esa fuese la razón por la que en las últimas dos semanas a pedidohacer más turnos extra que los que jamás había hecho. Su novia,Kaila Mcklay. Era la multimillonaria directora de una cadena dehoteles de lujo.

¿Qué leche estaba pasando?

- Shay ven conmigo, siéntate aquí e intenta mantener la calma. -Dije guiando a mi compañera hacía la acera de enfrente.

- Patri, es ese tío de nuevo. No me deja vivir tranquila. Esto esuna tortura. Te juro que como le haya pasado algo a Kaila hago loimposible por encontrarlo y me lo cargo yo con mi propias manos. -Gritó.

Tremendamente sorprendida por lo que acababa de escuchar, me sentéjunto a ella y pasándole mi brazo por sus hombros la abracé paraque siguiera llorando.

- Chicos no hay heridos en ninguna de las plantas del edificio.Todo despejado. - Escuché de fondo.

Suspiramos aliviados tras la noticia.

¿Pero? ¿Dónde estaba Kaila si no estaba en casa? ¿En eltrabajo?

Shay se levantó y cuando comprobó que su novia no estaba en casacuando ocurrió todo, se tranquilizó repentinamente.

Cogió el teléfono y marcó el número de Kaila, para comprobarque estaba bien, tras cuatro llamadas no respondió. Llamó a sutrabajo. Nadie sabía donde estaba desde esa misma mañana cuandoShay se había marchado al parque hacía las seis.

- Dawson, llama a la policía y comunícales lo que ha ocurrido,diles que creemos que él está implicado. Informales de que no hemosencontrado a Kalia. Creo que deberían dar orden de búsqueda.

- Enseguida Casey. ¿Dónde está Shay?

Había desaparecido. Hace apenas tres segundos la teníamos justodelante de nuestras narices y de repente se había esfumado.

Comenzamos a buscarla por todo el recinto.

- Chicos. ¿Alguno ha visto a Leslie? – Mencioné algo confusa.

- ¿No estaréis pensando que...?

Nos dimos la vuelta para asegurarnos de que no estaba por la zona.Y en un abrir y cerrar de ojos. La última planta del edificio ya noexistía.

- Shay. – Gritó Severide, dirigiéndose a la entrada yadentrándose así entre las infinitas nubes de humo.

Impacientes de saber si nuestra compañera se encontraba en buenascondiciones nos mantuvimos de pie frente a las llamas.

Poco después pudimos ver una pequeña mancha que parecía ser unapersona cargando a otra en sus brazos.

Dawson y Casy corrieron hacia ellos. Shay estaba bien.

- ¿Pero tú te has vuelto loca tía?

- Estoy bien Dawson. ¿Qué más quieres?

- Un día de estos te voy a partir la cara por darme sustos comoeste. – La abrazó

- No podía permitirme perder lo único que me queda de ella. –Mencionó mientras sacaba una caja de debajo de su chaqueta.

- Aún así. Estás como una cabra. Además, no sabemos nada deella. No adelantes acontecimientos. Puede que simplemente esté porahí haciendo cualquier cosa del trabajo.

- Chicas, siento cortaros el rollo en vuestro momento. Pero Shay.Creo que deberías ver algo.

Algo aturdidos por lo ocurrido y nerviosos por lo que Otis queríaenseñarnos. Andamos alrededor del edificio hasta llegar a la partede atrás. Donde pudimos ver algo escrito en la fachada.

Algo escrito con lo que parecía ser pintura blanca.

- ¿Shay?

- Si Gaby. Es su número de placa.

FIREWORKS - PATRIGARMUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora