Todas teníamos ejercicios que practicar; saque de portería, pase de cabeza, faltas...
Y cuando finalizamos el entrenador nos puso una situación de juego.Eran las dos y media de la tarde cuando llegamos al hotel para almorzar en el comedor.
Terminamos de comer y fuimos a nuestras habitaciones para ponernos un bañador e ir a la piscina;
Marta, es una chica de pelo medio largo y ojos marrones, juega en la posición de defensa, ella propuso la idea de que jugásemos al famoso juego de "Marco Polo" y después nos hicimos fotos debajo de el agua.
Marta no tenía cámara de fotos pero ella se acordaba de que María tenía una cámara.Ya eran las cinco y media, subimos a nuestras habitaciones para arreglarnos y pornernos nuestra equipación oficial para el partido, este empezaba a las siete y media y teniamos el tiempo justo, treinta minutos para prepararnos y una hora de viaje hasta el estadio.
Eran las seis en punto cuando estabamos todas en la recepción del hotel esperando a Javier; el entrenador, a los dos minutos apareció Javier y el autobús acababa de llegar.
Soltamos nuestras mochilas en la parte de abajo del autobús y subimos de una en una.Decidí sentarme con Julia porque hoy a la hora de desayunar tenía muy mala cara; así fue nuestra conversación:
Yo: Olle Julia ¿Qué te pasaba hoy por la mañana?
Julia: Que estaba triste, bueno sigo estando triste.
Yo: ¿Por qué?
Julia: Porque mi madre me llamó ayer y me dijo que Zeus; mi pastor alemán había enfermado.
Yo: Oh Julia, lo siento mucho...
Julia: Bueno, son cosas que pasan, no puedo hacer nada...
Yo: Creo que es mejor cambiar de tema... ¿ Estás nerviosa por el partido de hoy?
Julia: Bueno... no mucho, porque se que Javier no me va a sacar a jugar...
Yo: ¿¡Cómooo!? Eso no puede ser, después hablaré con él.
Me puse los cascos que mis padres me habían regalado y le dí al " Play".
Empezó a sonar mi canción favorita "Million Dollar Man" de Lana Del Rey.Estaba sentada en el asiento que daba a la ventana y empecé a pensar toda las personas que estarán allí para ver el partido, cuando me dí cuenta ya estabamos allí.
Nos bajamos y había miles de personas gritando nuestros nombres.Una niña de unos ocho años tenia una camiseta de nuestro equipo en la mano junto con un rotulador negro, cada vez que pasaba una jugadora la niña le mostraba la camiseta para que alguien se la firmase pero todas pasaban de largo...
Le dije a Ana que se fijase en la niña, era tan mona... Me acerqué y le firmé la camiseta, Ana me estaba esperando, la miré, se rió y le dí el rotulador para que tambien firmase.
Entramos en los vestuarios, yo me recogí en pelo en un pequeño moño, María hizo lo mismo que yo pero además se puso una cinta para que no le molestasen los pelos que se le soltaban y Ana se hizo una coleta.