Miraba a Nox[1] en su momento de mayor claridad desde su ventana. Numerius con sus ocho años recién cumplidos le encantaba estar todas las noches admirando las estrellas, maravillado por su belleza y esplendor. Una fresca brisa se estrelló con sus rizos color dorado del pequeño, haciéndolo estremecer al instante. Él no toleraba mucho el frío del otoño.
De repente, escuchó un fuerte portazo que lo sobresaltó. El niño asustado giró la cabeza levemente hasta notar a su progenitor con una mueca de terror en sus ojos negros como el carbón, pero el resto de su rostro tenía la misma expresión dura de siempre. Nunca lo había visto de esa forma. Este vestía de su toga favorita color gris y unas sandalias con correas que iban a juego. Sus rodillas desnudas se veían temblorosas, mientras que apenas podía mantenerse de pie por los nervios.
—Señor... —habló el niño con el tono formal de siempre.
—Shhh... No quiero que me encuentren —susurró el hombre de casi treinta años.
El pequeño niño se alarmó al escuchar a su padre decir esas palabras. ¿Qué podría haber hecho si estaba tan preocupado? Su padre siempre había sido un hombre honesto y simple ante sus ojos, él era la inspiración y ejemplo a seguir del infante. El niño se acercó levemente hacia el sujeto y este le hizo una seña de orden de que volviera a su cama. Numerius nunca había estado tan asustado.
Como si fueran rinocerontes, los soldados imperiales derribaron las puertas de su morada. Numerius vio sus armaduras hechas de placas metálicas que resonaban en sus musculosos cuerpos. Los ojos oscuros de pequeño hombre nunca tuvieron tanto horror en su mirada, sabiendo que era lo que ocurriría en los próximos momentos.
—¡No se lleven a mi padre! ¡Por favor! ¡Se los suplico! —gritó con todos sus pulmones.
Ninguno de los soldados prestó atención a su comentario. El niño tuvo la intención de golpear a los hombres que se llevaban al ser que más amaba y admiraban, pero sabía que iba a ser en vano, unos seres tan monstruosos como esos nunca sentirían dolor si lo golpease un diminuto campesino como él.
Los de gran armadura comenzaron a llevárselo. Su padre intentaba soltarse como podía, pero era inútil, esas miradas frías y duras nunca tendrían compasión.
—¡Mi señor! ¡Se los pido, liberen a mi padre! —hablaba mientras intentaba convencer a los hombres.
—¡Deja de molestar, mocoso! —habló uno de los soldados, empujándolo con bestialidad y tirándolo al suelo—. Son órdenes del emperador.
El niño no logró contenerlas más y la lluvia brotó sin control. No podía hacer nada, todo era inútil y lo único que quedaba era lamentarse. El final del que le dio la vida estaba a punto de empezar. Solo le quedaba llorar, las últimas lágrimas que alguna vez él soltaría.
[1]: Nox es la representación de la noche para los romanos (diosa primordial de la noche).
+_+
¡Hola! ¡Feliz sábado! ¿Todo bien?
Bueno, acá tenemos el prefacio de la historia. Este tema tendrá mucho que ver en el transcurso de la historia.
Espero que lo hayan logrado disfrutar. Espero sus votos si les gustó y críticas constructivas en los comentarios.
Besos y abrazos de parte de
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Pasión Romana
Historical Fiction"Una venganza sin cumplir. Un deseo inaguantable. Un amor repulsivo, de dos bandos desiguales." ¡Hola! Mi tercer historia para servirles. Espero que les llegue a gustar esta novela histórica. Aviso, soy una novata con el tema, pero voy a intentar qu...