Voy caminando con Tyler y nos encontramos a los chicos.
- ¿Por qué esa sonrisa? - dice Josh.
- Porque las piruja y su amiga la zorrita me querian hacer una broma y no pudieron, solo quiero ver sus caras.
- También quiero - dice Emmy.
- Y yo - dice Ari y los chicos siguieron que la misma respuesta.
Al salir todos ven a Trudie y Dakota discutir, pero rápido desplazan la mirada a la salida de los Taurus y nosotras.
Cuando la piruja y su amiga me ven mueren de furia, con caras tan ridículas que dan risa.
- Novatas - digo a carcajadas al pasar a su lado.
- Me la pagas algún día - dice Trudie.
- Mejor cállate Trudie, no olvides que es mi hermanita - dice Josh.
- Y una Taurus - dice Max.
- Me sé defender chicos.
- Lo sabemos, eres Jenna Murray nuestra trilliza y como parte de los trillizos Murray una experta en bromas, asi que de consejo Trudie, no le declares la guerra porque te gana - dice James.
Trudie se va furiosa y su amiga la sigue, bueno, eso hasta que el tacón de Trudie se atora en el césped y cae dejando ver más de lo que su mini-falda de puta ya dejaba ver.
- Patética - dice Ari.
- Comparto tu opinión rubia - dice Noah y le guiña un ojo.
¿Por qué hizo eso?
Ari se despidió y el resto nos fuimos a nuestra amada resistencia.
Lo que amaba de este colegio era que se salía a las 2 de la tarde de lecciones y no a las 4 como en mi antiguo internado.
En el camino Max no hizo más que contar chistes muy malos y en serio MUY malos.
Al llegar subo a mi habitación y mi amada cama me llama, le hago caso y me tiro en ella.
La cama no te puede llamar - dice una voz en mi cabeza.
Estúpida voz, nunca dice nada coherente.
Soy parte de ti, tu conciencia en realidad.
¿Como una mini yo que pienza diferente a mi?
Algo así Jenna.
¡Genial! Te llamaré Jerry.
Es nombre de hombre.
Entonces te llamarás Gigi.
¿Por qué Gigi?
Porque es corto, fácil de recordar y me gusta, pero si a ti no te gusta te puedo llamar Pandulfina o Ermenegilda.
Me quedo con Gigi.
Genial ahora callate o largo, no sé, pero dejame dormir.
Pero como mi vida no es tan perfecta como para poder dormirme toda la tarde en paz, gritan mi nombre.
Salgo con cara de asesina y escucho a James gritando desde la sala de juegos mi nombre. Y por si no lo había mencionado la residencia tiene una sala de juegos.
- Mierda engendro calla que ya voy.
Se escuchan risas.
Al llegar encuentro a los seis chicos sentados y con cara de angelitos.
Esto no creo que sea nada bueno - pienso.
- Siempre toda una señorita al contestar Murray - dice Bruce y yo ruedo los ojos.