Rocío.
Me desperté por la mañana con una resaca increíble, así que no me moví mucho de mi cuarto. Cuando bajé a desayunar parecía un zombie. Cogí un bol de cereales y leche y empecé a desayunar. Igual que siempre. En silencio. Gracias a Blas y Carlos.
Carlos: Me he cansado. Estoy harto de no hablarte. Estoy sufriendo por dentro. No puedo más Rocío. He sido un imbécil. Necesito el cariño de mi hija, necesito hablar contigo, y relacionarme contigo, estoy agobiado de verte mal. Estoy hasta los cojones de esta mierda, joder.- exclamó Carlos, Blas y yo nos quedamos patidifusos, nunca lo habíamos visto así. -
Rocío: Carlos...No tengo palabras. Yo...- no me dejó acabar y me abrazó casi llorando. - Yo también te quiero - le susurré en el oído.-
Blas se unió al abrazo. La familia vuelve a estar unida. Sí. Sí. Sí. SÍ AL FIN. Lloro. Vale no. Pero me emociono. Suspiré mientras nos abrazabamos. Cuando pasó todo subi a arriba y hablé con Dani. Dani llegó a mi casa a los diez minutos y subió a mi cuarto. Se sentó en mi cama y yo me puse enfrente de él.
Rocío: Daniel Fernández Delgado, eres sólo mío ¿Entendiste? M-Í-O. No se les ocurra a tus amigas acercarse a ti o les arranco los pelos de la cabeza uno a uno. Espero que lo de ayer fuera un malentendido como me dijiste. No sé si viste lo que le hice a aquella chica. Pero mejor que no lo sepas. Mío. De nadie más. Así que, que no se te pase por la cabeza a tus amigas nada, porque eres de mi posesión, eres MÍ novio, no el suyo. Y si no lo qu...- me interrumpió besándome. -
Dani: Entendido, sólo tuyo. - le besé - y de nadie más.
Rocío: Rubio listo.
Dani: ¿No decías que era tonto?
Rocío: A veces eres listo y otras tonto.
Dani: Bipolar.
Rocío: ¿Qué? - dije amenazante -
Dani: Nada, nada. - dijo un poco asustado -
Rocío: Es broma tonto. - me reí -
Dani: ¡Oye! - lo besé - me vengaré.
Rocío: Si puedes.
Dani: Já que no.
Rocío: Idioto.
Dani: Me amas.
Rocío: ¿Yo? No. Que va, es broma.
Dani: Bla bla bla, oye ¿lo has arrglado con Blas y Carlos? - asentí feliz. - ¡Por fin! -
Dani.
Estaba con Rocío cuando me llegó un mensaje al móvil. Era de mi hermana. Y éste decía así;
Hola Dani. Es urgente. Necesito que vengas, estoy en el hospital, ha pasado algo. Por favor ven lo antes posible. Estoy muy preocupada.
Me tiré del pelo y me tapé la cara con las manos.
Dani: ¡Mierda! - grité -
Rocío: ¿Qué pasa? - preguntó mientras me abrazaba -
Dani: Nada, no te preocupes.
Rocío: Daniel Fernández Delgado, nada no me vale.
Dani: Vamos al hospital.
Rocío: ¿Por qué? ¿Qué ha pasado?
Dani: Te cuento de camino, vamos.
Asintió y nos fuimos corriendo al hospital. Al llegar le había contado todo a Rocío. Subimos hasta la tercera planta y allí vimos a mi hermana sentada y llorando enfrente de una puerta.