Capítulo 2

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Me miro en el espejo. Soy yo, pero a la vez no soy yo. Intento sonreír pero nada. Mis ojos siguen manteniéndose tristes.

Esta última semana ha sido muy larga. Mi hermano había salido todas las noches y había vuelto a casa muy borracho y con alguna que otra chica. Pero no le iba a decir nada, sabía que lo estaba pasando igual de mal que yo.

- Maddie venga, ven, que ya están llegando los invitados -me grita mi mejor amiga, Tiffany desde el pasillo.

- Ya voy -respondo no muy convencida.

Tiffany entra en la habitación y me mira.

- Venga, disfruta vale? Estás muy guapa! Y recuerda que he invitado a mis amigos -me guiña el ojo, me da un beso en la mejilla y sale.

Llevo un par de días en su casa. Cualquiera hablaría de una casa de muñecas. Y es que su familia es la más rica de la ciudad, pero lo que más me gusta de ellos es que no dejan que se les suba demasiado a la cabeza.

Tiffany se ha empeñado en organizar una fiesta. Sé que lo ha hecho por mi, para que no piense demasiado en mi abuela. Y lo comprendo, pero no me apetece. He estado esta última semana sin trabajar. Y he adelgazado demasiado por la falta de apetito a pesar de los esfuerzos de Tiffany por hacerme comer. Y un día se hartó y me llevo a su casa y vimos pelis.

Tiffany es preciosa. Es modelo. Pero aún así esta estudiando una carrera. Y claro, al ser modelo, conoce a todo tipo de chicos guapos y buenorros.

Empiezo a oír la música y salgo de mis pensamientos. Me vuelvo a mirar al espejo, no me he maquillado casi. Bueno, tampoco es que me importe demasiado. Además es una fiesta de máscaras. No sé porque Tiffany la quería hacer así.

Bajo y cojo una copa de whisky. Bailo un poco con Tiffany hasta que se le acercan algunos chicos. Aunque en ella no es nada fuera de lo normal.

Me acabo sentando porque me duelen los pies por los tacones. Ya se me han acercado algunos chicos pero los he rechazado educadamente. No estoy para rollos la verdad.

- Disculpe señorita, le importa si le saco a bailar?

Levanto la vista sorprendida y asiento. Está empezando a sonar una canción lenta y tampoco esperaba que nadie me sacara a bailar.

Cojo la mano del hombre y lo llevo hasta el centro de la pista. Él coloca sus manos sobre mis caderas y yo sobre sus hombros y nos movemos en círculos.

Me suena ese olor, esa colonia. Pero el alcohol no me deja pensar con claridad. Y su voz también me resulta familiar.

- Espero que esté mejor -lo veo sonreír y deja un descarado beso en la comisura mis labios y se va al final de la canción.

Y ahí lo se. Es Harry. Llevamos hablando toda la semana. Relación formal supongo. No nos tuteábamos, solo usted.

Flashback:

Oigo unos golpecitos en la ventana así que levanto la vista y veo a Harry con cara de preocupación. ¿Qué hace él aquí?

Salgo rápidamente del coche.

- Hola -susurro.

- ¿Estás bien?

Asiento ligeramente y veo como mete su mano en el bolsillo y saca mi móvil. Osea que me lo he olvidado. Estupendo. Lo cojo y le doy las gracias.

Me mira y me sorprende al atraerme hacia él. Sus brazos rodean mis caderas con delicadeza y hundo la cabeza en su pecho y las lágrimas me salen solas.

No sé cuánto tiempo estamos así. Sólo sé que me siento bien. Hasta que oigo la voz de mi hermano Jake. Nos separamos incómodos.

Por suerte a Jake no se le ocurre hacer ninguna pregunta y se mete en el coche. Miro a Harry.

- Adiós Harry, hasta pronto - le sonrío y me meto en el coche.

No me puedo creer que haya venido, ¿cómo ha entrado aquí? Como la fiesta se está acabando subo a la habitación de invitados y me pongo un pijama.

Baila usted muy bien señorita. H

No puedo evitar sonreír al ver el mensaje. Supongo que me siento contenta cuando hablo con él. Como hemos hablado esta semana, le he podido ir conociendo mejor: me habló sobre él y la música. Y yo le hablé un poco de mi. Aunque no me suelo abrir fácilmente a la gente.

¿Cómo ha entrado? Es una fiesta privada.

Espero su respuesta impaciente. Y entonces mi móvil vibra.

Haga el favor de irse a dormir que mañana le recuerdo que tenemos una reunión usted y yo y no me gusta que la gente llegue tarde. H

Algo que no soporto de él es que sea autoritario.

Permítame que le recuerde que fue usted el que llego tarde la última vez. No ha respondido a mi pregunta.

Dejo mi móvil a un lado y decido obedecerle y me duermo pensando en su aroma, sus brazos y sus palabras tan bien elegidas y correctas.

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