A modo de prólogo

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A veces la vida es un tanto complicada para algunas personas, en cambio para otras todo parece ir de maravillas, algunas personas muestran tristeza, sufrimiento y dolor en sus caras, otras en cambio muestran sonrisas y alegría.

Hay veces en que no debemos confiar en lo que vemos, las personas que muestran tristeza y sufrimiento a veces suelen ser las que se ahogan en un pequeño vaso de agua, preocupados de problemas materiales y sin importancia, en cambio esas personas que muestran felicidad en su cara y una amplia sonrisa pueden sufrir sin querer demostrar, el ser humano es desde mi punto de vista el ser más hipócrita que existe y no se ofendan pero solemos ser así por naturaleza.

Las personas con una sonrisa no siempre están felices, hay veces en que sonríes para esconder todo el sufrimiento que llevas dentro, las sonrisas no significan felicidad siempre y las lágrimas no siempre son por tristeza, podemos aparentar ser felices con lo que tenemos aunque no tengamos nada en realidad, como también podemos estar tristes teniéndolo todo sin saberlo.

Nunca he intentado escribir mi historia porque siempre pensé que era un tema muy personal, pero creo que a veces para sentirnos mejor interiormente necesitamos hablar o expresar de algún modo todo lo que tenemos guardado, decidí escribirlo ya que nunca he sido bueno hablando las cosas.

Siempre me sentí fuera de lugar, he dado traspiés toda mi vida, me he equivocado y tropezado con la misma piedra más veces de las que consideramos necesarias y nunca había visto la vida como la veo hoy, creo que en parte agradezco todo lo que pasé ya que gracias a eso hoy soy la persona que siempre pensé no seria.

No me arrepiento de lo que soy, mucho trabajo me ha costado tener la fuerza interior que hoy tengo, muchas personas creen que ser fuerte es ser capaz de golpear y derrotar físicamente a otro pero esas personas no podrían estar más equivocada, ser fuerte se trata de cuantas veces eres golpeado y aun así puedes seguir adelante, se trata de cuantas veces sales lastimado y aun así puedes volver a sanar y superar las piedras con las que tropiezas.

A veces creemos que la fe lo es todo, no los juzgo si es eso lo que piensan pero quiero decirles que incluso la fe se pierde, en cambio nunca confiamos en la esperanza, la esperanza de que todo terminara, que nuevos y mejores días llegaran.

Quiero decirles que se aferren a la esperanza porque incluso cuando perdemos todo, incluso cuando vez todo de color negro, incluso en ese momento existe una luz, una luz especial, es la luz de la esperanza, una luz que nunca se apaga, una luz que nosotros muchas veces nos encargamos de ocultar de nuestra propia vista y creemos es insignificante.

Recuerdo que muchas veces dije "Porque mi vida no puede ser como las películas, en donde encuentras una persona especial en el momento menos esperado pero el más indicado, esa persona cambia tu vida y te hace ver que mereces algo mejor" pues ahora me arrepiento de todo eso, me arrepiento de desear vivir una vida de películas, esas vidas se alejan mucho de la realidad.

La realidad no es más que lo que nosotros queremos que sea, muchas veces distorsionamos la realidad olvidándonos de los pequeños detalles, vemos los problemas diarios que suelen parecernos grandes problemas, nos olvidamos que tenemos momentos agradables y felices, solo contamos los malos momentos y solemos creer que son más que los felices cuando la verdad es que por más pequeños que sean los momentos felices si los juntamos todos formamos una cantidad mayor de felicidad que de tristeza.

No quiero una vida de películas, me di cuenta hace algún tiempo que toda vida es digna de película, que toda historia de vida es digna de ser contada ya sea escrita, hablada o en una película, lo importante es darte la fuerza necesaria para vivirla.

La vida es la mayor aventura que podremos tener, no depende de una persona especial que cambie nuestras vidas como lo muestran las tantas películas que he visto, existe algo llamado amor propio que es capaz de cambiarnos la vida al mil por ciento, el rumbo de nuestra vida depende solo de nosotros y talvez has escuchado esa misma frase más de las veces necesarias, pero es la verdad.

Mi vida siempre fue miserable, siempre busque la manera de que fuera más sencilla y fácil de vivir pero nunca me di cuenta que la única manera de hacerla sencilla era reconociendo lo que soy, reconociendo mis defectos y viviendo con ellos como las principales fortalezas que poseo.

Mis defectos son hoy en día mi principal fuente de orgullo, me enorgullezco de cada defecto que tengo porque sé que es por los defectos por lo que somos diferentes, gracias a los defectos somos únicos y especiales, de ellos debemos vivir y aprender ya que son los defectos los que nos llevan a encontrar el camino de la felicidad, todo lo que nosotros vemos como defectos suelen ser nuestras principales fortalezas.

Mientras muchas personas esconden sus diferencias yo comprendí que debo enseñarlas, las personas nos critican muchas veces por no encajar en la sociedad, personalmente nunca he encajado en la sociedad que me rodea, siempre tuve dudas y me auto subestimé pero descubrí que las personas no nos critican por ser diferentes, nos critican porque ellos son todos iguales.

Como yo lo veo es que el ser humano le teme a la diferencia porque sabe que mientras él quiere lograr algo alguien que no teme esconder lo que es logra el objetivo del otro.

Tememos a la diferencia sin darnos cuenta que no existe la normalidad sino que solo existe lo rutinario, todos intentamos seguir una rutina y distintos tipos de estereotipos, acomodándonos así a lo que alguien plantea con miedo de expresar nuestros puntos de vista.

Espero poder a través de mi vida ayudar a alguien, es mi más grande sueño, seré feliz solo con saber que le cambie la vida a una persona, con saber que ilumine un trecho de camino de alguna persona que lo necesitaba, seré feliz siendo la luz que tantas veces necesite.




Hasta que no estes en mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora