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El Secreto de Sakura y Konohamaru #2

- Sakura-san... - decía al borde del colapso el joven castaño.

- konohamaru-chan...!,por kami, estas bien? - decía la pelirrosa Haruno un tanto preocupada debido al esfuerzo físico del Sarutobi.

- usted cree que estoy bien...? - decía expulsando el aire mucho más de lo necesario.

Maldición cre..creo que me he pasado, bueno tan solo un poco, creo... - esto era lo que pensaba la ojijade al principio un poco preocupada, después tomando el asunto a la ligera y después nuevamente preocupada.

Bueno creo que te tendré que llevar al hospital o por lo menos a mi oficina.
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Konohamaru-chan se encontraba en la pequeña camilla que se encontraba en mi oficina, estaba cubierto con una delgada frazada y con un paño húmedo en la frente acompañado también de un termómetro que marcaba la fiebre un poco alta 38.5 grados para ser exactos.

- creo que esto ha sido todo por hoy, además ya has hecho mucho por mi - y mientras pensaba esto se acercaba nuevamente al chico que se encontraba con ella para quitarle el termómetro y cambiar el paño húmedo por uno nuevo.

Ya habiendo terminado este acto se dirigió al gran ventanal que se encontraba en su oficina, podía observar el sol que se estaba ocultando haciendo que se formara un hermoso atardecer.

Miro de reojo a su acompañante para que después volviese su vista hacia el frente para que su mente divagara en los recuerdos de toda su vida, tanto desde su inicio en la academia hasta la gran guerra en donde se habían perdido muchas vidas, tanto de shinobis jóvenes y adultos así como de niños y ancianos civiles.
También en parte pensando en cierto pelinegro de ojos bicolor.

O también cuando fue su viaje a la luna para recuperar y traer de vuelta a la pequeña hermana menor de una de sus amigas.

Esa niña se traía algo y Sakura sin duda alguna se enteraría de eso.
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Su mente dejo de divagar en sus recuerdos del pasado y enfocó la mirada en el niño que se encontraba descansando en esa camilla.

Observaba como se movía constantemente así que lentamente se acercó y acarició su cabellera despacio tratando de que el pequeño se tranquilizase, ya logrado esto decidió sentarse en la cama a lado de el para tomar parte de su cuerpo para que se acercara a ella y así terminar con parte de su espalda y su cabeza sobre sus piernas y poder hací seguir acariciando su cabello y ahora espalda mientras el niño sonreía tranquilamente.

-debiste de haber tenido un infancia muy difícil konohamaru-chan - decía esto en un susurro sin dejar de hacer su trabajo.

- perdiste a tu abuelo y a tu tío en un corto lapso de tiempo - seguía hablando en susurros.

- pero no te preocupes, que tienes a todos tus amigos y compañeros, tienes a tu pequeña prima Mirai, a tu sensei - algo pervertido, pero bueno - también tienes a Naruto, como maestro y también como rival y me tienes a mi, aunque yo no creo ser tan necesaria...

- Sakura-san... Usted es tan necesaria como el agua para respirar...

A lo que la joven Haruno río un poco.

- seria como el aire para respirar, no como el agua para respirar konohamaru-chan!

- E.. Eso - dijo con un ligero rubor en las mejillas.

- El no sabe de lo que se está perdiendo - continuo diciendo el Sarutobi mientras se acomodaba un poco más en el regazo de la pelirrosa.

La chica ya sabía a quien se refería exactamente, pues 'El' había desertado de la hoja varios años atrás.

- lo digo de verdad, Sakura-san - decía ahora mirándola a la cara pero todavía recostado en sus piernas.

La pelirrosa solamente ladeo el rostro y una pequeña sonrisa decoro su rostro, pero también pudo apreciarse unas lágrimas a punto de salir de sus hermosos ojos jade.

- Arigato... - ya no pudo contenerlas y rompió en un llanto silencioso repitiendo las palabras antes dichas en susurró.
Invirtiendo los papeles ahora era konohamaru el que tenía recostada a Sakura en sus piernas, para que después de un rato los dos terminaran totalmente dormidos el uno sobre el otro.

El Sarutobi no volveria a dejar que la Haruno volviese a derramar alguna lágrima por aquel tipo que no merecía ni un solo lamento de la pelirrosa más preciada de la hoja.

El cumpliría su promesa, no por algo se llamaba Sarutobi Konohamaru.