Capitulo 1

96 2 2
                                    

Era un día lluvioso en una ciudad de alguna parte de España, en la calle se encontraba un joven andando junto a su madre a toda prisa tratando de ir más rápido, con cada paso que daban la adrenalina corría por las venas de los dos si no se apresuraban no lograrían escapar de aquella multitud que los perseguía, antes de doblar la esquina que estaba a una cuadra del refugio construido por algunos sobrevivientes de la zona su madre cayo precipitadamente al suelo llamado así la atención de su hijo.

-¡Mamá vamos párate!-grito mientras intentaba pararla-Si no lo haces nos alcanzaran.

-¡Hijo escúchame atentamente! Tienes que continuar sin mí.

-¡No, no hare eso! Si te dejo morirás-dijo el chaval comenzando a derramar lagrimas.

-¡Si te quedas moriremos los dos! Y no puedo permitir eso-dijo llorando.

-¡Vamos, con mi ayuda llegaremos!

-No, tengo que quedarme. Si continuo te pondré en riesgo junto con los otros.

-¿Por qué dices eso? ¡Me estas asustando!-exclamo.

-Me.....me han mordido cariño, en poco tiempo seré uno de ellos-confeso mientras su llanto se intensificaba.

-No es posible.....no te dejare morir, te llevare conmigo a como dé lugar-dijo mientras intentaba levantar una vez más a su madre.

-Detente por favor, no dejare que continúes con esto tienes que irte-comento mientras lo detenía-¡Te amo!, mantente a salvo y sobre todo se fuerte recuérdalo siempre, donde quiera que estéis.

-¡No digas eso, tu y yo continuaremos esto.

-No amor entiende, tu seguirás adelante sin mi sigue andando te falta poco-dijo abrazándolo por última vez.

-Te amo mamá, siempre lo hare-dijo mientras correspondía ese abrazo, sin duda el ultimo que le daría a su madre.

-¡Anda ve! Corre antes de que te alcancen-exclamo sabiendo que no lo volvería a ver- ¡Y no mires hacia atrás para nada!

El muchacho comenzó a correr como si no hubiera un mañana, sentía impotencia, su corazón le dolía y las lagrimas nublaban su vista dificultándole ver que a pocos metros estaba aquel refugio en el cuan su madre y el anhelaban tanto llegar desde que toda esta tragedia empezó, sin dudarlo se dirigió a la gran puerta de metal golpeándola lo más fuerte que podía para que le abrieran.

-¡Ayuda por favor! ¡Abrid la puerta, os ruego!

-¿Está usted infectado?-se escucho una voz mientras se abría un poco la puerta.

-¡No, para nada! Dejadme entrar, vienen detrás de mí-suplico él.

-¡Bien pasa!-dijo mientras abría la puerta de tal forma que dejo entrar el alto cuerpo del joven-¡Tenemos un código ocho, una flota se acerca a la entrada preparen sus armas no podemos dejar que estén merodeando por la zona!

-Gracias por dejarme pasar-pronuncia con una sonrisa de lado.

-No te preocupes hijo, ¿Cómo has llegado aquí solo?

-No estaba solo yo......vine con mi madre pero ella no lo logro-dijo mientras sus lagrimas bajaban por sus mejillas al recordar a su madre.

-Lo siento, aquí estarás seguro pero tienes que ser fuerte.

-Lo sé, mi madre me dijo que lo fuera y así será, cumpliré esa promesa que le hice.

-Que así sea, por cierto mi nombre es Carlos ¿Cómo te llamas tu?

-Rubén, ese es mi nombre.

-Muy bien Rubén sígueme te mostrare donde puedes quedarte-dijo mientras comenzaba a caminar por el recinto.

Zona Cero (Rubén Doblas Gundersen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora