Era un Bulbasaur, pero no uno cualquiera, sino uno oscuro (Ver imagen). Nunca había visto ese pokémon tan oscuro con sus ojos rojos. Me enamore de el al instante, y parecía que el también de mi, porque salto encima mio a chuparme. Cosa que desee que fuese eterno, era como el refrescante agua de la ducha después de un duró día de verano. Todo era perfecto hasta que por mi mente cruzo una idea, si los pokémons son los animales, entonces en vez de pescado comeremos pokémons.
Entonces, deje tirado a azulito, así se llamaba por su pelaje azul oscuro que ahora siendo pokémon le quedaba aun mejor, y me dirigí a la cocina a mirar que teníamos de cena. Efectivamente nos alimentábamos de pokémons, y tuve que tomar una decisión. O vivir con los pokémons pero alimentarnos de ellos o buscar como sucedió todo y devolverlo a la normalidad.
Estuve meditando un rato hasta tomar la decisión correcta. Debía devolver a los animales al mundo, y si fuese posible dejar a los pokémons. Pero antes debía buscar a alguien que se acordase de que los animales no son de un videojuego. Emprendí mi búsqueda por mi vecindario, por mucho que me esforzé no encontré a nadie el cual no me tomase por un loco y me diese un portazo certero que me hacia replantearme si debería seguir o callarme y vivir toda la vida con ello. Cuando todas mis esperanzas se desvanecían me encontré con ella.
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Que pasaria si...
FantasyEn un mundo en en que todo ha cambiado. Solo un humano lo recuerda, o quizás no