--Repite eso-- me sice Axel agarrandome de la muñeca
--¿El que?
--Lo que acabas de decir
--No he dicho nada-- digo mirando sus hermosos ojos negros--Si, si lo has dicho. ¿Por que piensas que no soy capaz de saber como eres?
--Porque las personas como tu no conocen a los demás y menos a ellos mismos.--Mentira. Yo si me conozco a mi mismo.-- dice alzandome la barbilla para que le mire y asi acorralarme contra la pared.
--¿Así? ¿Seguro?-- le desafío. No se donde me estoy mentiendo.
--Seguro. Se que cuando hablo contigo por WhatsApp no necesito hablar con nadie mas. Que no soy capaz de hablarte en persona porque no soy capaz de mirarte a los ojos, porque cada vez que te miro en clase o en cualquier sitio a los ojos me doy cuenta de que te amo y no puedo estar sin ti. Se que cuando te veo hablar con otros chicos solo tengo ganas de besarte en esos labio tan bonitos que tienes y enseñarles a todos que eres mia. -- al decir esas palabras mi corazón da un vuelco de alegria. Al fin me decido y hablo:
--Y ¿Porque no lo haces?
--Porque tengo miedo
--¿Miedo a que?-- le pregunto agarrandolo de la mano y entrelazando nuestros dedos.--Miedo de que me rechazes, miedo a que me digas que no me quieres.-- al pronunciar esas palabras se me cae el alma a los pies. Entonces es cuando levanta la mirada del suelo, me mira a los ojos y me dice: --Miedo a perderte, miedo de que desaparezcas de mi vida.
--Sabes que nunca vas a perderme mi niño. --me suelto de su agarre y coloco mis dos manos a los dos lados de sus mejillas. --Que da igual si somos novios, amigos, estamos de lio o incluso enfadados. No voy a dejarte.
Dejo de hablar un segundo para mirar hacia otro lado y continúo hablando:
--Una vez me dijistes: No me falles y yo nunca te fallaré. Esto es lo mismo, no me dejes y yo nunca te dejaré. Solo hay una pequeña difencia entre aquel dia que me lo dijiste y hoy.
--¿Cuál?
--Que cuando me lo dijistes tú, yo te queria.-- me paro y le vuelvo a mirar a esos ojos negros que enamoran. Me doy cuenta de que sus fracciones de la cara han cambiado y ahora en vez de aparentar cariño aparentan deccepcion.--Y ¿Ahora? ¿Me quieres?-- dice mirandome a los ojos de una manera seria.
--No.
Vuelvo a callarme pero justo cuando voy a volver a hablar me quita mis manos de sus mejillas y me dice:
--Esta bien. Pero, ¿sabes aquella vez que te lo dije?
--Sí
--En ese momento te amaba.--Y... ¿Ahora?-- digo mientras noto que mis ojos se llenan de lágrimas.
--Aún mas.-- justo en ese momento me pone una mano en la nuca y otra en la cintura para atraerme mas a el y poder juntar nuestros labios.Cuando siento sus labios chocar con los mios, no tardo en responderle, me chupa el labio inferior con la lengua para que abra mas la boca y así el pueda adentrar su lengua en mi boca.
Sus labios son tan calidos, suaves y dulces como su lengua. El beso es lento y lleno de amor pero según va pasando el tiempo el beso se vuelve más apasionado y cariñoso, como si le diera miedo hacerme daño y me quisiera proteger del resto del mundo.El me agarra de la cintura poniendo cada mano a un lado y yo paso mis manos al rededor de su cuello para atraerlo más a mí. Justo cuando notamos que nos quedamos sin aire nos separamos quedándonos como estamos. Axel tiene los labios rojos he inchados pero su mirada desprende amor y cariño al igual que la mia.
Nos quedamos asi un largo tiempo hasta que me decido y rompo el silencio:
--Axel.
--Dime mi niña.-- dice a la vez que junta nuetras frentes
--Antes no me dejaste terminar mi frase.--¿Qué frase?
--En la que dije que no te queria...
--Mi niña... No creo que...-- le corto. No quiero que piense lo que no es. En ese momento esconde su cabeza en mi cuello y empieza a darle pequeños mordiscos.--Axel, calla. Lo que queria decir es que antes te queria y...., ahora no te quiero, porque ahora te amo.-- Al pronunciar esas palabras se queda quieto, saca su cabeza de mi cuello y me dice:
--Te amo mi niña
--Te amo mi niño
Y asi nos fundimos en un largo y cariñoso beso lleno de amor y lujuria.
FIN
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Te Amo Mi Niña
Teen Fiction--Las personas como tu no conocen a los demás y menos a ellos mismos. Capitulo único