Rubelangel [O.S]

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Un cuerpo yacía en el rio, era un joven con cabello castaño
claro, bastante delgado y con un rostro pacífico. Su piel parecía tan fragil, como si fuera de vidrio. Una pequeña sonrisa adornaba su rostro de cristal. Cerca de esa zona, paseaba un joven morocho, bastante alto y robusto, con unos ojos azabaches, que aunque no atrayera a muchas, tenía una mirada profunda. El joven se sentó en el césped observando el río hasta que vio de reojo como un cuerpo se hallaba flotando. Se llevo su mano derecha a la boca tapandosela, para que no se le escapara un grito de horror. Cuando se pudo tranquilizar, se levantó, y con una caminata intranquila se acerco a ese hermoso hombre. Lo tomó en brazos y lo dirigió al cesped. Por suerte el joven, que se llamaba Miguel, tenía algunos conocimientos para revivir a personas, unos años antes habia realizado un curso de reanimación cardiopulmonar. Se quedó embobado viendolo, ya que nunca había visto una belleza tan pura. Despejó su mente, se suponía que solo debía tener ojos y considerar hermosa a su novia Emily, y ademas Miguel era heterosexual. Volvió a mirarlo al castaño y le iba a hacer respiración boca a boca. Se acerco y cubrió su boca con la suya firmemente, mientras le cerraba la nariz apretando con los dedos. Miguel le sostuvo la barbilla levantada e inclinó su cabeza. Dió dos insuflaciones boca a boca, cada una tenia que durar un segundo y hacer que el pecho se levante. Sintió como algunos latidos debiles se daban a conocer en el cuerpo del castaño. Miguel sonrio como nunca y antes de que el joven se despertara o reanimara, tuvo la tentación de probar sus labios otra vez, esos que sabían empalagosos, con un leve sabor a canela y a vainilla. Sin pensarlo, colocó sus manos en la nuca del contrario y se acercó suavemente haciendo que sus labios se rocen. Lentamente fue abriendo un poco su boca, experimentando un poco mas de la contraria. Pero en ese momento la razón volvió a el, haciéndolo acordar de que estaba en una relación y el joven que se encontraba adelante nisiquiera lo conocia. Apoyó su oido en el corazon del castaño y los latidos eran tan leves que ni se sentian. Tendría que hacer otra cosa para que reviva completamente. Colocó su mano en el esternón del contrario, mientras ponia la base de su mano izquierda sobre la mano derecha. Aplicó 30 comprensiónes rapidas y fuertes, tal como le habian enseñado a el. Al terminar de hacelo volvio a colocar su oido sobre su corazón y latía con mucha mas fuerza.
-Vale es hora de levantarse bello durmiente- Miguel le susurró al joven, mientras lo sacudia un poco para que despierte
-Oh Dios ¿como ha podido pasar esto?- El morocho quiso gritar por ayuda pero nadie lo escucharía. Colocó su mano en la mejilla del castaño dándole leves caricias mientras lo miraba con ternura. Lentamente el castaño fue abriendo sus ojos mientras las caricias del morocho se iban desvaneciendo. Abrió sus ojos completamente, encontrandose a ese hombre que nunca habia visto en su vida pero le generaba una confianza absoluta. Miguel estuvo a punto de quitar la mano de ese rostro tan hermoso pero como reflejo, el castaño se la tomo firmemente.
-N-no te vayas, si-sigueme a-acariciando- El castaño titubeo y Miguel dio una risa tonta. Una risa de enamorado.
-¿Cual es tu nombre?- Miguel observó por un instante sus finos labios pero volvio a fijar la vista en sus ojos color miel.
-Ruben- Seguía acostado en el suelo y Miguel le dio la mano para que intente sentarse. A penas sus manos se juntaron los dos sintieron una corriente electrica por todo su cuerpo.
-Por que.....mmm... ¿Por que me has salvado?- Ruben se sentía muy nervioso y con las mejillas teñidas de un leve color rojo carmesí.
-¿Te he salvado?
-Me iba a suicidar-Dijo Ruben firme sintiendo como las piernas le temblaban y como le daban ganas de vomitar.
-¿Por que te has querido...... Suicidar?- Miguel alargó la pregunta haciendolo sentir un poco incómodo
-Porque ya no sirvo- Ruben miró al suelo y Miguel pudo captar la tristeza en su mirada. Se la notaba perdida como si ya no tuviera esperanzas.
-Toda forma de vida es valiosa Ruben- El castaño lo miro sorprendido e intentaba comprender el significado de sus palabras. Miguel se rió un poco por la cara de asombrado de Ruben y el castaño se sonrojo al instante
-Tenemos que irnos, te llevare a mi casa, no te recomiendo que estes solo, no por ahora- Miguel intento levantarse pero rápidamente Ruben lo tomo de la cintura haciéndolo caer encima de él. Sus rostros habian quedado a escasos centímetros y Miguel estaba dudando de que hacer. El no podia engañar a Emily, pero por alguna extraña razon, no queria apartarse de Ruben. El castaño puso sus manos sobre el cuello del morocho y lentamente la distancia se fue rompiendo hasta que sus narices quedaron juntas y Ruben ladeó un poco la cabeza hasta que se encontró con los labios del morocho y se impulsó para arriba, profundizando el beso. Mangel empezo a cerrar y abrir los labios rápidamente como si el tiempo se les acabará. Ruben era completamente dominado por Miguel.
El castaño introdujo su lengua en la boca del morocho haciendo que se rocen suavemente y en ese instante Miguel dio un salto y se separo de el, dejandolo bastante asombrado por su repentina acción.
-Lo siento, estoy en pareja- Miguel sabía que era un estupido por decirle eso en ese momento ya que hacia segundos se estaban comiendo la boca. Ruben se paro, limpiandose los pantalones que tenía mojados, y asintió mirando al cesped sin responderle.
-Vamos a mi casa- Miguel lo alzó en brazos como si fuera un crio y Ruben envolvió su cuello con sus delgados brazos.
-Gracias...Por todo- Ruben le susurró cerca del oido haciendo que a Miguel le agarraran escalofríos y empiece a temblar un poco
-No es nada- El morocho lo llevo a su auto y lo colocó en la parte de atras, para que pudiera dormir un rato, y por suerte tenia una manta, asi que lo cubrió con ella.
-Descansa- Miguel lo observó enternecido, pero después negó con la cabeza. En los minutos que estuvo con él, o capaz fueron horas, se sintió a gusto, como si todo estuviera bien. Miguel pensó que fue amor a primera vista, pero su idea lo aterró y sintió vergüenza de si mismo.
Ruben estaba plácidamente dormido con una amplia sonrisa plantada en su rostro. Algunos mechones de pelo mojado se le pegaban a la frente y parecía que el ni se enteraba.
Miguel conducio devuelta a Andalucia, en donde habia crecido y esperaba que Emily deje quedarse a Ruben. Habia ido al rio el fin de semana y justo antes de volver se lo encontró.
Pasadas unas horas llegaron a destino, y el morocho movio suavemente a Ruben para despertarlo, y cuando lo hizo, se resfrego los ojos y bostezó, acomodó su pelo y le sonrió a Miguel. El le dio la mano y lo hizo entrar a su casa. Era un poco pequeña, tenia dos baños y dos habitaciones.
Una era para el y Emily y la otra para los visitantes que iban, como por ejemplo su familia y amigos. Y ahi se iba a quedar Ruben por un tiempo.
-Todavía no me has dicho tu nombre- Ruben habló mientras observaba cada punta de la casa.
-¿No lo he hecho?- Miguel estaba desconcertado pero despues se acordo de que estuvo tan preocupado por el, que no se acordo de ese detalle.
-Miguel Angel- Le sonrió y Ruben quedo pensativo.
-Mmmmm Miguel Angel, tienes un lindo nombre, pero te tengo que hacer un apodo ¿no crees?- Llevó una mano a su barbilla haciéndose el que pensaba y el morocho rió- ¿Y si agarramos la m de Miguel? Capaz con eso podremos hacer algo. Juntemos la m con Angel, porque tu fuiste como un ángel que me salvó del infierno, y nos queda "Mangel" ¿te gusta ese eh? ¿te parece.......lindo?- Miguel solo pensaba en las palabras que le
dijo "tu fuiste como un ángel que me salvó del infierno" y sintió sus mejillas arder.
-Coño tio, si tu me pones un apodo yo también tendré que ponerte uno-Ruben lo miró divertido mientras Miguel se sentaba en el sofá, haciendo que el castaño se siente a su lado- Eres castaño claro, supongo que medio rubio, eso podria formar Rubi, pero ese es un apodo patetico, Rubi, Rubi, Rubius- Mangel exclamó alegre- ¡Si! Ese esta bien. Rubius- Los dos largaron carcajadas.
-Si yo soy Rubius, ¿tu serías mi Mangel?- Exclamó con una sonrisa en el rostro pero a los segundos captó lo que dijo y se llevo las manos a la boca, sonrojado por decir semejante idiitez.
-Lo-lo siento- Mangel rio por su comportamiento, acordándose de que el le dijo que tenia novia.
-Yo sería tu Mangel- Y sin pensarlo le puso una mano en su mejilla, se acercó a el y le dio un pico cortísimo y se dirigió al comedor. Ruben palideció de pies a cabeza por ese gesto, y en cuestión de segundos aparecieron mariposas en su estomago. Mejor dicho, todos tipos de animales salvajes, de la felicidad que tenía. Se dirigió al comedor con Mangel, y cuando llegó, el estaba dado vuelta buscando algo. Ruben aprovechó esto y en silenció le puso las manos en su cintura haciendo que Miguel se sobresaltara, y empezó a darle pequeños besos en el cuello.
-Ruben en unos minutos va a llegar Emily y no puedes hacer nada de esto ¿me escuchaste?- El morocho se dio vuelta y junto sus labios suavemente y se aparto para seguir preparando la comida.
Ruben puso la mesa, y se fue a donde sería su habitación por un tiempo para descansar. A decir verdad, el castaño no tenía casa. Sus padres habian muerto unos años atras y no tenia dinero para seguir pagando su lugar para vivir y por eso andaba simpre por las calles hasta que consiguió un empleo. Por suerte el habia podido terminar la universidad, por lo que tenia bastantes conocimientos. Su trabajo era en una cafetería donde conoció a una chica llamada Paula, con quien fue muy feliz, hasta que lo abandonó por un hombre mas musculoso, mas alto y con ojos verdes. El sueño de toda chica. Fue en ese momento que entró en depresión y siempre iba al río tratando de ahogarse pero nunca era lo suficientemente valiente. Y el dia que lo planeo todo, empezo a nadar en el río y antes de meterse, vio a una mujer, de cabellos negros, piel palida y ojos celestes, que eran los mas claros que habia visto. Llevaba un vestido negro, muy ajustado a su cuerpo, y le sonreia señalando el agua. En ese momento Ruben penso que era la autentica muerte en persona, que esperaba que muriera para tener llevar su barca al otro lado. Pero capaz y con suerte era solo producto de su imaginación. Y ahi cuando estuvo a punto de morirse apareció Miguel, su ángel. Estuvo besando a la muerte por unos instantes, hasta pudo ver fragmentos de su vida. Cuando conocio a sus amigos, novias que tuvo en el pasado, viajes con familia, sus padres alzandolo en brazos, su primera vez, y un último fragmento en donde aparecia un morocho, de ojos azabaches, en donde se tomaban de la mano y se sonreian para luego besarse con ternura. Era jodidamente raro ya que nunca lo habia visto en su vida. Pero ahora lo comprendía. Era Miguel desde un principio el ultimo recuerdo que iba a tener wn su vida ya que los fragmentos lo mostraeon asi. Se sorprendió de lo que pensó y después de seguir pensando en Mangel, se durmió.

Fragments [o.s] RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora