One-Shots Lucaya.

3. Dear Lucas.

Querido Lucas:

Tú estabas ahí, perdido en tu libro.

Y por unos segundos te observe.

Pude haberte mirado más, pero levantaste el rostro y nuestros ojos chocaron.

Y te sonreí.

Y tú me sonreíste.

Y Riley te sonrío.

Y ella se "enamoro" de ti, al igual que yo.

Así que lo único que podría hacer era retroceder para que Riley fuese feliz.

Riley merecía ser feliz, quería y hoy en día sigo queriendo que ella sea feliz, aun si el costo es mi felicidad.

Tú te enamoraste de ella, ¿Quién no lo haría?

Ella es perfecta.

¿Y yo?, yo soy un desastre.

No fue hasta comenzar un nuevo grado que tú empezaste a percatarte de mi presencia , siempre detrás de mi amiga morena.

"Quiero que Maya sea feliz".

Nunca olvidare eso, recuerdo perfectamente eso.

Nos miramos.

Y por solo un segundo, todo alrededor nuestro desapareció.

Solo éramos tú y yo.

Sin Farkle, sin Zay... Sin Riley.

Bailamos en el Semi-Formal.

Ese fue otro de los momentos que probablemente tampoco olvidare pues, de nuevo simplemente eremos Lucas y Maya.

No fue hasta que me denominaste como "La belleza rubia" que me enamore.

Desde ese momento caí profundamente enamorada de ti, Lucas Friar.

Fuimos a Texas. Oh Texas...

Eres un estúpido.

Te subiste a ese toro, aún sabiendo que podría perderte.

Pero, ¿Cómo puedes perder a alguien el cual nunca haz tenido?

Riley lo descubrió. Y no debía porque ocultarlo más.

Una parte de mi estaba aliviada, pues el pretender que no te quería fue el momento más difícil que pude pasar.

Pero la otra estaba aterrada.

Totalmente aterrada.

Lo descubriste, te acercaste a mí, casi me besaste.

Estaba confundida y tú estabas confundido.

Era Riley, o era yo.

Pero vamos, ¿Quién podría escogerme?

Si nunca nadie lo ha hecho.

Y tú tampoco lo harás.

Porque tú la quieres a ella.

Tú la necesitas a ella.

Y yo nunca seré ella.

Y, ¿Sabes que es lo peor de todo esto?.

Que nunca podre tenerte cerca de nuevo.

Que nunca podre tomarte de la mano, o entrelazar mis dedos con los tuyos.

Que nunca podre abrazarte.

O que nunca podre decirte el cuanto te quiero.

Sinceramente,

Maya.