Capítulo 2

13 2 0
                                    

-¿Luna? Soy, yo, Daniel ¿me escuchás?- solo asentí. Estaba en mi cama, sentada, abrazando mis rodillas, con la espalda en la pared- No hay nada que temer, es solo un sueño.- negué con la cabeza, no era un sueño, era una premonición, yo lo sabía. Se intentó acercar a mí, tenía la cara de preocupado, iba a poner su mano sobre la mía, pero, al acercar su mano vi a Deo, estaba frente mío.- ¡Ya te tengo!

- ¡No! ¡Alejate!- intenté de ir para atrás pero estaba contra la pared, entonces creé una burbuja como escudo y cerré los ojos, sentí un choque contra el escudo. Cuando "Deo" intentó de pasar no solo que no pudo, si no que era Daniel quien estaba agarrándose la mano, con una expresión de dolor en la cara.- ¿Da-Daniel?

- ¡Agh!- me miró, de sus dedos derramaba una sustancia, era como plasma que no había podido moldear. Lo había lastimado, no había sido mi intención, pero aun así lo había lastimado. Me acerqué a él.

- ¿Estás bien?- ¡que estúpida! ¡Por supuesto que no estaba bien! Estaba sangrando, a la forma fantasma, pero sangrando al fin.- Perdón yo...

- No pasa nada, no fue tu culpa.- ¡Pero claro que era mi culpa! ¡Agh! ¡Por qué tiene que ser tan amable!

- Daniel- le agarré la mano y me miró con esos hermosos ojos.- Esto no está bien, no podemos seguir así, yo no puedo seguir así.

- Ya vamos a encontrar una forma, ¿ok?- yo asentí, estaba cansada, anoche no dormí por el miedo, pero casi siempre el sueño vence el miedo, y aunque no me guste, tengo que dormir en algún momento.

- Daniel, creo que yo...- no pude terminar la frase, que todo ya se me volvía negro. Otra vez esa horrible pesadilla.

3°perspectiva

Luna estaba acostada en el suelo de una casa muy lujosa. El suelo de mármol era frío y eso la despertó. Se levanta lentamente, mirando hacia todos lados, como si no conociera el lugar, aunque ella siempre despertaba en el mismo piso gélido, en la misma posición, en la misma casa, en la misma parte de su imaginación.

Ella entra en la primera puerta a la derecha, tiene un hermoso reno decorado con luces violetas, rojas y verdes. La puerta da a la cima de una montaña. Allí hay un pequeño pueblo, en el cual ella y su familia solían pasar las navidades. Luna pasa por una pequeña casa donde una pequeña niña y su familia están abriendo regalos. Detrás de esa niña hay una muchacha. Tiene el pelo largo atado en una colita, es alta y tiene un sweater navideño con unos jeans y unas botas que le hacen juego. Sin embargo esta chica no tiene color, es solo blanca como la nieve, sus ojos, pelo, labios, ropa, todo blanco y un poco transparente.

- Mariel...- susurró, se quedó mirando aquella extraña persona, que a esa edad creyó que era su hermana mayor imaginaria. Las lágrimas se agolparon en sus ojos. Luego vio otra puerta, esta tenía un gran corazón de madera. Cuando entró, volvió a estar en esa mansión. Siguió recorriendo. El lugar solo era un largo pasillo, y cada tanto había un gran salón con libros o música, todas las paredes tenían puertas.

Vio puertas con diferentes números, con diferentes decoraciones al final había una nueva, toda de negro, y el picaporte rojo. Cuando la abrió el frío la atrapó, las sombras le atraparon y tiraron de ella hacia dentro. Era un lugar frío y oscuro. En el piso había gente tirada, pero no cualquier persona, todos aquellos que ella conocía, sus amigos, compañeros y familiares. Las sombras que le agarraban, dejaban que sus pies tocaran las personas, que al ser tocadas se quejaban, sangraban o directamente no respondían (por rezones que ya se podrán imaginar). Oscuridad y frio le rodea. Las sombras le susurran al oído.

- Está cerca, pronto todo va a terminar.

Luna llora, sin nadie quien la consuele. Una risa oscura y profunda inunda la habitación. Luna para de llorar.

- Luna, Luna, Luna, mi pobre y querida Luna.- Una mano le limpia las lágrimas, lo cual hace que se estremezca. Una pequeña luz, como la de una vela casi terminada es traída a sus pies. Es una figura blanca, una espada atraviesa su pecho. Daniel tenía la cara crispada en dolor. Las lágrimas vuelven a salir de los ojos de Luna. Era demasiado para ella, su familia, amigos y ahora Daniel... no podía soportarlo.- Aw Luna, no te pongas así. – Deo se materializa en frente de ella con un cuchillo negro en las manos.- Sabes que siempre hay otra salida.- Le da el cuchillo.

- Lu-Luna... n-no lo ha-hagas- dijo Daniel débilmente. Luna le mira con los ojos llorosos. El estado del fantasma era muy desgarrador, se veía derrotado, pero aun así con ganas de seguir peleando.

-Daniel...- dice, con lágrimas en los ojos. Sin perder contacto visual con él, se clava el cuchillo en el corazón. La risa fría y cruel de Deo vuelve a inundar la habitación.

Hola a todos! Lamento haber tardado tanto, me estoy acostumbrando  un nuevo ambiente y todo es en un idioma extranjero, pero como no entiendo nada y tengo que ir al colegio decidí no perder el tiempo y escribir. : ) Espero que les guste y prometo que voy a subir un nuevo capítulo todos los Lunes, despues de todo, no tengo mucho para hacer. ; ) ¡Nos leemos en el próximo capítulo!




La venganza de DeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora