La rosa

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Después de ser apreciada y admirada, sin pasar desapercibida a la vista del viajero, atrayendo cada una de las miradas y sintiendo el cálido abrigo del amor...

Llegó el tiempo y sus pétalos cayeron, y su tallo frágil, yerto, sobre la madera reposando a la espera de ser consumida por la suave brisa del viento.

Poesía para el AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora