Esa revista es nada más y nada menos que "Más que moda". Esa revista en la que cualquier modelo quiere ser la portada de la revista con tantas ventas en los kioscos y tantos lectores o cualquier periodista quiere trabajar ahí. Ya que iba bien vestida y maquillada decidí no perder más tiempo e ir a esa revista a intentar conseguir ese trabajo. Había oído que el director era un hombre que se acostaba con cualquier modelo a la que pudiese hincar el diente.Llegué a mi destino, y estaba muy nerviosa ya que yo no era muy buena estudiante ni periodista ni... Entre decidida y con actitud de seguridad, y al parecer había mucha gente para hacer la entrevista y ser la secretaria del director general de "Más que moda". Me dí la vuelta, y saqué mi móvil de mi bolso de Tous, y sin querer di al director creativo Victorio Ordoñez.. Pedí disculpas sin pensarlo ya que era de los mejores fotógrafos del mundo y había ganado muchos premios. Me vió nerviosa y decidió hablarme para que me calmara, cosa que es muy raro ya que Victorio no solía hablar con cualquier persona, solo hablaba con personas ricas y fotógrafos de gran prestigio como él. Al parecer se pensaba que era una de esas personas ricas por la ropa y el buen maquillaje que llevaba y desde ese momento nos hicimos muy amigos. La mejor amiga de Victorio tanto en el trabajo como en lo personal era Bárbara Lopez, a la que me presentó y también nos hicimos muy buenas amigas. Al parecer estaba hablando con dos personas muy importantes en esta revista ya que uno era el director creativo y la otra era directora de un cargo también importante que no me acuerdo.Después de conocer a estas dos personas maravillosas, llegaba el momento de acudir a mi entrevista. Entré y estaba el guapo y mujeriego Pedro Alvarez, con su mejor amigo y ayudante Oscar Gonzalez. Me hicieron muchas preguntas, y las intenté contestar de la manera más profesional posible (mintiendo en todas, ya que en lo único que he trabajado ha sido de peluquera y en una granja). No tenían muy buena cara, y me dijeron que contarían conmigo y que me llamarían más tarde. Cuando estaba a punto de irme con el disgusto aún más grande que el del casting,alguien llamó a la puerta-menos mal, pensé- y eran mis dos amigos Victorio y Bárbara que entraban para aconsejarme a Pedro sobre el puesto. Me dijeron igualmente que me llamarían mañana para confirmarme si trabajaría el resto de mi vida en Magazine. Después de todo este día, me dirigí hacia la puerta de la revista para irme hacia mi casa, pero antes de poder coger el taxi, oí que alguien me llamaba y eran Victorio y Bárbara que querían invitarme a cenar para conocerme mejor.
Sin pensarmelo dos veces dije que sí ya que era una oportunidad única de conocer gente nueva y con altos cargos en una revista tan prestigiosa conocida no solo en este país.
-Vivimos en el centro de Madrid así que cogiendo el metro llegarás perfectamente.
-¿Vivimos?- Pregunté muy sorprendida.
-Si, vivimos. Compartimos piso ya que somos muy buenos amigos. ¿Te parece bien a las nueve?
-Perfecto.
Sin querer perder más tiempo pensé en irme al hostal a ponerme algo de mi mejor ropa pero lo único bueno que tenía era este vestido que llevaba puesto y que compré aquí en Madrid.Después de dar varias vueltas por la revista vi el maravilloso plató de Victorio con muchas cajas sin abrir y llenas de ropa que no había usado nadie y pensé:
-Con tantas prendas de vestir en cajas y sin usar que tiene, no creo que eche de menos un vestido que todavía no ha visto.
Tenía pensado coger solo un vestido pero los vi ahí tan abandonados que decidí coger dos más para otras ocasiones en los que los necesitara, y rápidamente los cogí, los metí en mi bolso y me fui hacia el ascensor sin que nadie mirara.
Mientras bajaba en el ascensor me di cuenta de que Victorio y Bárbara eran gente rica y no podía presentarme en su casa y sin nada en las manos así que me dirigí hacia la cafetería que encontré al lado de recepción. Tenía que pensar otro plan para robar una botella de cava y no sabía de que forma hasta que....
-Perdona, he estado hablando con un señor que subía en el ascensor y me estaba contando que la comida de aquí es malísima y que va a hablar con el director de esta revista para que la despidan.
-Ah, pero será posible. Esta es la mejor comida y todo el mundo lo sabe. ¿Sabe usted cómo se llama el señor o dónde lo puedo encontrar?
-Bueno, no se exactamente como se llama pero lo que sí sé es que estará hablando con el director en su despacho.
Y la señora de la cafetería, abandonándola, se dirigía con mucho genio al ascensor. En ese momento era mi ocasión perfecta para poder coger una de esas buenas botellas de cava que estaban en las estanterías de arriba. Cuando la tuve en mis manos, me fui inmediatamente hacia la calle para coger un taxi. LLegada al hostal, me duché, me puse uno de esos vestidos tan glamurosos, me maquillé y me hice un peinado formal para esta cena. Tuve que coger otro taxi por si me veían mis nuevos amigos y con muchos nervios, emprendí camino hacia el piso en el centro de Madrid.
