Capítulo II

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-Soy Louis... Louis Tomlinson y serás mía esta noche.

Resoplé desganada, ya no tenía ganas de discutir con alguien. Pero estaba segura de que el castaño estaba hablando puras mamadas.

-Te comieron la lengua los ratones.

-Simplemente no me interesa.

Me habría reído, realmente me habría reído en su cara y le diría lo patético y desesperado que se veía haciendo eso... Pero no podía, simplemente no podía hacerlo; su belleza era algo de otro mundo. Algo que no se había visto antes y que era merecido admirar.

Lo sé, estaba siendo contradictoria. Pero era lo que el provocaba en mí desde el momento que sonrió y no habían pasado más de cinco minutos desde que eso había pasado.

¿Debía aceptar? El peligro me gustaba y el no era nada feo. Cabello castaño alborotado, unas lagunas azules verdosas como ojos y una sonrisa jodidamente encantadora, vestía ropas caras y pude adivinar que era niño de mamá, aunque con su arrogante y fingida actitud quisiera demostrar lo contrario.

Me atrajo a él, me jalo del brazo haciendo que mi cuerpo aterrizara en su regazo. Reprimi el hecho de querer removerme y lo ví a los ojos, mientras articulaba las siguientes palabras en un tono suave y seductor.

- ¿que debo hacer para que aceptes? ¿Como logro cambiar tu opinión? –desvíe la mirada hacia mi grupo de amigos e internamente titubeante me pregunte "¿Por que yo?–

Pasaron varios minutos y él no consiguió una respuesta.

-Contesta... –gruño evidentemente molesto– Ve a hablarle a otra tipa de esa manera, no a mí –especté y el sonrió como si mi actitud le gustara– Una gran boca para un pequeño cuerpo.

Bufé y trate de levantarme de su regazo. No llegábamos a ninguna parte. No podía sacarmelo de encima y el no era quien me mandaba por el caño. Era frustante porque quería hacerlo quería probar lo que tenia por mostrar pero sabia que no debía. Yo no era una cualquiera.

-Creo que una prostituta es lo que necesitas.

-¿Por que te haces rogar tanto? ¿Es que no sabes divertirte?

-Lo que quieres es acostarte conmigo y no me dejarás en paz hasta que lo haga. ¿cierto?

-Si así es –sonrió mostrado su perfecta dentadura– Usarás condón –advertí– y me importa una mierda que para ti no se sienta igual.

Al final termine aceptado y creo que todos sabíamos que eso iba a pasar.

Me acomode las gafas en el cabello y me levante de su regazo. Él llamo a su gorila y este nos saco del lugar y subimos a una camioneta grande y bastante lujosa.

Ni en mi sueños era capaz de tener un auto así. Me sentía extraña por qué no solía frecuentar a chicos como él, no solía subir a autos súper lujosos y sobre todo yo no tenía sexo con extraños.

Él chico y yo no hablamos más en todo el camino, me dedique a mirar por la ventana hasta que la camioneta paró frente a un hotel. "Más lujos" fue lo que pensé y baje del auto para esperar al chico en la acera.

-Vamos –sonrió, y tomo mi mano haciéndome entrar al lugar–

Pisos más arriba me sonrió emocionado y abrió la habitación haciéndome pasar.

El juego había comenzado...

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora