~Narrador~Los personajes de las películas, a veces, al despertar en un lugar extraño, se quedan un momento desorientados, sin recordar donde están.
Cath no era así, cuando despertaba, recordaba perfectamente en que lugar había dormido.
Sin embargo, esta vez, al abrir los ojos e incorporarse, no tenía una mínima idea de donde estaba. Lo cual le parecía extraño. Sintió un cuerpo sobrepasar su espacio personal. Se giró y vio a Alejandro. ¿Alejo? ¡No puede ser! Cath se tapó la cara con las manos, como si la estuvieran mirando. No sabia que hacer.
- ¿Que pasa aquí?-. Dijo Alejandro restregándose los ojos.
Ella respiró profundamente. Tenía la sensación de que le debía, como mínimo, una conversación sobre el tema.
<<No puedo creer que le halla hecho esto a mi hermana>> Pensó.
- ¿Que haces aquí Dani? - la quedó mirando por unos segundos.- Digo, ¿Catherine?.- habló confundido y con un agudo dolor de cabeza. No sabía lo que paso, y prefería no saberlo. Pero era necesario saber la gravedad del caso.
- No, no lo sé. Será mejor que me valla.- respondió ella, cogiendo sus cosas y saliendo de la habitación.
Cruzó por el pasillo hasta llegar a la sala, y le dio mucha nostalgia al recordar la primera vez que estuvieron allí. Salió de la casa y optó por relajarse con una sesión de películas y comida todo el día. Fue a la tienda y compró un pote de Nutella, quejándose por el precio de este.
¿Como podía ser tan caro? ¡Si solo es una crema de avellanas con una etiqueta famosa!
- Señorita. ¡Hey señorita! ... ¿Hola? - dijo un señor agitando la mano frente a ella, al verla reaccionar, hizo un gesto de cansancio y volvio a lo suyo - ¿Lo va a llevar?
- Eh, si, claro. ¿Cuanto es? - habló la chica un poco desorientada. Tenía muchas cosas en la cabeza, una de ellas, era llamar a su hermana. Ya debería estar descansando en un lujoso hotel de París, con una vista espectacular, rodeada de amigos viendo una serie francesa mientras comen alguna pasta o una pizza.
Pagó y echo a andar hacia su casa. Cuando en eso, a lo lejos ve a una persona saludándola, no podía distinguir bien quien era. Poco a poco se fue acercando y se dio cuenta que ¡Era Sofía! Una vieja amiga de la primaria. De pequeña, Daniela y Cath le había enseñado a hablar español. Eran muy amigas, y era raro no verlas juntas. Tantos recuerdos....
- Cath Cathicat! - dijo Sofía emocionada aplaudiendo. Sabía que a Cath le gustaba ese saludo. Se veía igual que hace siete años. Buscó con la mirada a la gemela numero dos, pero no la encontró.- ¿Y tu bro? - A Daniela le solían decir bro de cariño, era como un mote de amigas.
- Se fue de viaje.- habló Cath. Esperen un minuto...- ¡Seo me hiciste acordar, tengo que llamarla!- Agarró el móvil, busco el contacto y llamó...
- ''Deje su mensaje en la casilla de voz''
- '' Deje su mensaje después del tono'' - Intento nuevamente.- ¿¡Porque no contesta!?
- Seguro debe estar ocupada, no te preocupes.- la animó la pelirroja.- ¿Vamos a tomar un café?
- Claro, por ahí me cuentas como te ha ido por allá.- contestó la castaña, emocionada, e intrigada. ¿Como será vivir en un país con otra cultura, otro modo de vida, otra manera de ver el mundo?
...
Tardaron menos de diez minutos en llegar a una cafetería, caminando. Eso si que era cercano. Ingresaron al local y buscaron un asiento. Cath aún tenía un mal presentimiento con respecto a su hermana. Necesitaba descansar de todo, de su hermana, de Alejandro, de todo.
Estuvieron hablando por un par de horas, sobre los recuerdos de la infancia, sus proyectos, sus amores, etc. En un abrir y cerrar de ojos ya eran las 10 de la noche, y el local ya estaba cerrando.
- ¡Fue un gusto verte hoy cathicat!
- ¡Sí! Dame tu número para quedar otro día - respondío Cath.
- Claro, es 938xxxxxx... Anótalo guapa - dijo la muchacha con voz de pija a lo que las dos empezaron a reír.
- Estate atenta, te llamaré amor mío.- la gente que pasaba las miraba raro, pero a ellas no les importaba, extrañaban bromearse de esa manera.
- ¡Adiós Cath! - se despidió Sofía dandole dos besos y saliendo apresurada del local, ni tiempo de responder le dió.
Catherine estaba feliz, el rencuentro con su amiga le subió el ánimo. Se dirigió a la estación de tren más cercana y al subir se puso los audiculares pensando en todas las cosas que le habian pasado hoy.
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Cicatrices [PAUSADA].
Teen FictionPor alguna razón, el mundo los trago de vuelta. ¿Quieres saber porque?