Prologo

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A veces el amor suele ser aún más peligroso que el más letal de los venenos, pues consigo trae a la locura, va de la mano de la obsesión y lleva detrás al dolor.
El amor es el asesino más impune, pues mata en silencio y no deja rastros, es sigiloso, cauteloso y perfeccionista. Se encarga de cada detalle, no se le escapa nada, más bien es el asesino perfecto, ya que nunca resulta culpable.
Las personas lo buscan tal y como si se tratase de la cosa más preciada en el mundo, creen poder manipularlo pero terminan siendo ellos los manipulados.
Ella solo era una simple humana, como el diría... era alguien decente, pero las personas decentes no eran de su agrado, pues le parecían cobardes.
El en cambio era todo lo contrario a lo que la mayoría de las personas llamarían decente, era un demonio, no tenía sentido de la piedad y mucho menos la bondad, armaba sus propias reglas y lo más importante... el jamás amaba.

1000 INFIERNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora