Suspiros del Alma

El desprecio

Ante un sentimiento de magnitud, no tan notorio en el camino de la vida, puedo mencionar que es un sentimiento que va cargado de resentimiento, dolor, odio, egoismo, tristeza, poder, etc., ¿Cuantas veces fuimos atrapados?, algunos huimos otros aun pernoctamos en su territorio.

Como todo sentimiento sentir los anhelos del desprecio no es ajeno al hombre, lo importante es recordar que no tenemos que quedarnos en sus brazos, las consecuencias serian letales en nuestra vida, negariamos la misericordia, el perdon,  el amor, etc.    

Al presentar la reflexión, no deseo menospreciar a nadie, tampoco juzgar, simplemente  evidencio los sentimientos que cada persona que esta inmerso en  algún desprecio, insulto, humillación, o alguna dificultad que este atravezando en algún aspecto de la vida.

A diario podemos ver un pasajes donde un hombre fue despreciado, rechazado, por ser diferente a los demás, estos hechos suscitan en mi una profunda reflexión, los hombres desvalorizamos a nuestros semejantes por ideas, costumbres, educación, religión, comportamiento, raza, condición social etc.

Al sufrir uno el desprecio, se siente desvalorizado, invaluo, inferior, defectuoso, herido, discriminado hasta el nivel de creerse que uno no vale mucho como persona.

Sin ánimos de victimizarnos, porque también me sentí rechazado por las personas mas cercanas familiares, amigos, conocidos, desconocidos, etc, hasta bajarme la autoestima.

En un mundo donde es competitivo, rodeado de tanta tecnología, al parecer el hombre es capaz de conquistar el mundo, pero nos quedamos atrapados en lo mismo de siempre en lo emocional ya que es difícil conquistarse a si mismo, sin poder controlar los sentimientos dañinos en las relaciones interpersonales, que hieren mucho mas profundo, mas que las enfermedades, guerras, haciendo de nuestro mundo un cumulo de dolor y llanto.

Animo amigo (a) recuerda que los hombres somos iguales a los ojos de Dios, El es el único que nos da el verdadero valor, no en vano entrego su vida para rescatarnos de la muerte.

Recuerda que hasta Cristo fue rechazado, el único perfecto, condenado a muerte por ser diferente, por enseñar a amar y perdonar este mundo que anda enceguecido en su orgullo y soberbia.