Capítulo 2

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Ya en el coliseo comenzaron a hacer unos extraños actos y a presentarnos a quienes supuse serían nuestros maestros.

Alejandra tenía una mirada de aburrimiento. Vi su perfil, tenía una nariz un poco gruesa, cabello castaño oscuro y ondulado y tez morena y su estatura era  menor que la mía.

Era muy incómodo estar en ese lugar, pensé que habría silencio pero me equivoqué, habían algunas personas hablando puestos arriba, no habían dejado de hablar en todo el encuentro. Puse un poco mas de atención a su conversación y en realidad era conversación algo extraña.

—¡Beriii! Cosito bonitooo, ¡no puedo creer que quedamos en el mismo salón!— dijo la que parecía ser la chica— , tengo tanto que contarte, terminé de leer Maybe, Maybe Not por quinta vez.

El chico a su lado sonrió sin gracia, aún así decidió seguirla escuchando.

—Noveno, marcha final— todos a mi alrededor se levantaron en dirección hacia la salida más cercana a ellos, siendo que eran cuatro.

Igualmente yo lo hice, siguiendo el rastro de Alejandra.

—Sígueme— al parecer vio mi cara de confusión — , ya entraremos a clase.

—Ok.

Nos devolvimos al lugar donde había llegado esta mañana. La mayoría ya estaba sacando sus cuadernos y materiales de sus casilleros para entrar al salón correspondiente.

—¿Qué clase es ahora?— Pregunté mientras buscaba las llaves para sacar algún cuaderno dentro de mi maleta.

—Si no estoy mal, lengua castellana— Supuso Alejandra haciendo lo mismo que yo hacía.

—¿Aún la tenemos?— agregó una chica levemente rubia, alta, con ojos color miel y tez clara.

—Sí, son las 7:30, y se acaba a las 8:45— esta vez sonaba más segura.

—Está bien, gracias.— dijo la chica siguiendo al salón de español, que también era donde su curso se reunía con los ángeles custodios o titulares cada martes a las 7:00 a.m.

—Buenos días jóvenes— dijo la profesora cuando entraron todos los alumnos —Voy a llamar lista para ver si todos entraron al salón que debían— todos hicieron silencio —Ayala— el chico de piel trigueña levantó la mano como los demás que fueron nombrados sin alguna anomalía, menos una chica llamada Paulina Duque, ella no se había presentado a clase. Cuando dijeron mi nombre levanté la mano como los otros y después de otra chica la profesora pudo empezar con la clase.

Utilicé mis sentidos súper humanos para escuchar las conversaciones de los demás y educarme sobre la vida normal de un adolescente.

Pude escuchar a algunas chicas hablando de las fiestas de 15 años a las que estaban invitadas, y cuál creían que iba a ser la mejor de esas.

Y pude escuchar algo que me llamó la atención, ya que tenía que ver con la extraña interacción entre humanos en la que cuentan qué persona les atrae. Presté mucha atención porque quería saber más sobre ese extraño sentimiento de atracción que nunca había sentido. Y sinceramente se escuchaba horrible.

  — Y ¿quién te parece linda del salón?— Preguntó la chica extraña del coliseo al chico que estaba con ella en ese momento.

  — Mmm no sé— respondió el chico viéndose algo incómodo con la pregunta— Ella me gusta—  volvió a hablar, esta vez más seguro señalando discretamente a un grupo de chicas que hablaban cerca de ellos. Pero desde mi posición era imposible ver a la que señalaba sin que ellos lo notaran.

Tal vez nunca sabría a quién señalaba...

  — ¿Viviana?— preguntó la chica en  un tono algo fuerte que hizo retumbar mis sensibles oídos. No sé cómo el resto de las personas no lo escucharon.

El muchacho asintió algo apenado, mirando a todos lados temiendo que alguien hubiera escuchado a la chica gritona pero hermosa que lo acompañaba.

  — Sí... es bonita...— volvió a hablar la chica sonriendo. Parecía que siempre estaba sonriendo, era muy extraña.

Hicieron algunas introducciones en la clase, cosas comunes como nuestros nombres, edades y esas cosas. También conocimos mejor a la profesora quien francamente era muy aburrida, no sabía como manejar a los estudiantes, tenía cara de naca y además parecía que quería violar a sus alumnos.

El día siguió con tranquilidad, y volví a mi casa, con mi madre sustituta, era muy amorosa y eso no me gustaba, yo era algo fría y desalmada, porque no me programaron para sentir, solo para asesinar y herir.

En la noche, toda mi familia sustituta se reunió en la mesa a comer, eran extraños, se comportaban muy cercanos conmigo, pero eso era entendible, porque los agentes del gobierno utilizaron el control mental para que creyeran que siempre había sido parte de su familia. Los agentes se esforzaron mucho para hacer mis rasgos físicos parecidos a los suyos.

Todo iba perfecto en casa, pero no en el colegio. Allí pensaban que yo era una alumna nueva, y eso atrasaría mis planes en demasía. 

Pero no iba a dejar que eso quedara así.

Lo iba a solucionar, y ya sabía exactamente cómo. 

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⏰ Última actualización: Nov 19, 2016 ⏰

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