Sólo Una Carta-Sebastián Villalobos.

Capitulo 24 (Ultimos Capítulos )

Me sentía frustrada. A la oscuridad de la noche sólo podía pensar que no tenía por qué regañarlo, luego, miles de contradicciones venían a mi cabeza. Pero todo lo que decía mi última carta era cierto, y decía cada cosa que pensaba.
Ahora no podía retractarme, ante declaraciones como esas, mi orgullo era tal que sentía que no debía ir, o quizá era un presentimiento, pero ya al llegar el día, dejé mi orgullo a un lado y partí a la plaza...
No había carta para mí. Y tampoco al día siguiente.
Dos días sin cartas... y comenzó la desesperación, comencé a maldecirle y a odiarme. Sebastián se había molestado. Era lógico pues había mi carta no estaba como para pensar que él estaba de viaje, Sebastián había leído mi carta.
¿qué haría ahora? ¿Cómo dormiría creyendo que él estaba molesto conmigo? Una gran angustia se apoderó de mi.
"Creo que no estás valorando todo el esfuerzo que hago para que esto funcione" se repetía una y otra vez en mi cabeza y luego me auto declaraba una egoísta. ¿Acaso Sebastián no ponía de su esfuerzo? Esa noche tuve que consumir pastillas para descansar.
Me levante en la mañana con una gran duda y corrí a averiguarla a las 8:45 de la mañana, quizá Sebastián si me había escrito, pero no había dejado su carta en la plaza, sino en casa, en nuestra cajita... Lancé un par de palabrotas al encontrar la caja vacía.
¿Y si me arrepentía? Debía dejarle a Sebastián una carta ofreciéndole una disculpa, estaba muy angustiada... No quería a Sebastián en mi contra, eso jamás.
Realicé todas mis tareas del hogar rápidamente, para terminar en tiempo record a las 10. Esta vez fui sola al parque. No quería llevar a Spike.

A Pesar de todo lo anterior, debía de caminar lento.

Andaba insegura por las calles a una paso de tortuga, y fue mi sorpresa encontrarme con un bulto azul en el piso. Andaba realmente perdida. Cerré fuertemente mis ojos para reaccionar.

No, no era piso, sino pasto... y aquel bulto azul, no era un bulto, sino una gorra, fue cuando me di cuenta que había llegado a mi destino. El árbol...

Pero mi árbol estaba ocupado. Un chico portaba en sus manos una carta, y ese chico, ese chico no era mas que Sebastián Villalobos .

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