Chapter 1

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Sus dos hijos eran lo único que le daba ánimos para seguir adelante, ya habían pasado dos largos años desde que su esposo HyukJae murió en ese accidente automovilístico. Quería matar al estúpido conductor ebrio que venía frente al auto de su esposo, ¿cómo es que pudo dejarlo solo? ¿Cómo le iba hacer para salir adelante? ¿Qué les diría a sus hijos al llegar a casa sin su padre? ¿Cómo educaría a sus hijos él solo? ¿Quién iba a cuidar a sus bebés el tiempo en el que él aún estuviera en la pastelería atendiendo? ¿Por qué se fue? Él lo amaba y sin embargo lo dejo.

Desde que HyukJae falleció, ha estado haciendo todo lo posible por sacar a sus hijos adelante, y repartir sus horarios para irlos a buscar a la escuela, hacer la comida, la limpieza de la casa, ir al súper a comprar la despensa y atender su preciada pastelería, la cual se la había regalado HyukJae en su segundo año de casados.

Había sido un día agotador y ahora estaba cerrando su negocio para poder volver a casa, en todo el día había estado fuera ya que le habían llegado montones de pedidos que él junto con Kyuhyun habían preparado, tenía que conseguir más personal que lo ayudara y mañana a primera hora pondría un cartel en la entrada, de sus queridos niños ya no se preocupaba tanto, pues su amiga Hyoyeon se le había ofrecido para hacerle de niñera, pero aun así él le pagaba sus horarios no quería que ella pensara que se estaba aprovechando de su generosidad.

Subió a su auto y ahora conducía lo más rápido que podía para poder pasar al supermercado a comprar las galletas favoritas de Yesung, y el helado de fresa para Sunny, era para compensar el no haber pasado mucho tiempo esta semana con ellos, los amaba eran su vida, cada uno de ellos le recordaba cada día a HyukJae, el carácter de Yesung, su figura delgada, y el color negro de sus grandes ojos los había heredado de su padre, a Sunny le había quedado su hermosa sonrisa, su cabello azabache, y la forma de sus labios, sus hijos eran los niños más preciosos que nunca había visto, y como no serlo si sus genes eran belleza pura.

Henry con su complexión delgada con curvas, piel de porcelana, cabello rojizo, labios definidos color carmesí, piernas largas y bonitas, con músculos en brazos y abdomen, y su cara angelical -que era hermosa a pesar de su edad- había conquistado el corazón de su esposo en la universidad, y no solo de él, sino de varios hombres y mujeres a lo largo de su vida. Pero no solo era su físico el que le ayudaba romper corazones, también era su dulce forma de ser, la forma bondadosa y sincera con la trataba a los demás, la forma tan apasionada con la que amaba, y todo eso se lo había ganado HyukJae a la buena, aún recuerda el día en que le pidió matrimonio, lloró a mares de la felicidad, su bello mono fue el primer hombre y el ultimo que lo toco en su vida, la primera vez que hicieron el amor fue en su luna de miel le agradeció a Hyuk por hacerlo especial para él, y cuando se enteró de lo que le había sucedido su mundo a su alrededor giró, y se le venía encima.

Ya en el súper, estiraba su brazo al tiempo que se ponía de puntitas para llegar a donde estaba la caja con las galletas ¿por qué diablos lo tienen que poner tan alto? No es como que todas las personas fuesen altas, si tan solo estuviera Hyuk él y su hermoso cuerpo le ayudarían a bajarle la caja. En un intento más por alcanzarlas dio un salto estaba a punto de ir a besar el suelo, y él cerró los ojos para intentar no sentir el golpe, pero lo que sintió fue otra cosa, un brazo fuerte y musculoso lo atrapaba por la cintura manteniéndolo, dirigió su mirada hacía su mano con la que agarraría las galletas ya que la sentía tibia, y ahí estaba otra encima de la suya sosteniéndola al igual que él sostenía las galletas, volteó su cara hacía atrás y lo vio.

Un chico alto, cabello castaño oscuro, ojos grandes color avellana, nariz perfilada, una bonita mandíbula, piel tostada, unos hermosos labios rosas, "tan incitadores, tan apetecibles", se lamió sus labios después de ese pensamiento, el chico le sonrió y él cayo en el mundo real de nuevo sonrojándose hasta por donde no, su cara parecía un tomate. Y no era para menos, el muchacho era jodidamente sexy, se revolvió el cabello negando con la cabeza, recuperó su postura así como también tomo las galletas, aun sonrojado.

Zhou Mi; Watch Me And Love Me (ZhouRy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora