El otoño atacaba fuertemente la ciudad, el frío calaba en lo más profundo de los huesos, pero eso a Emily no le daba mucha importancia, acostada en la banca de el parque solitario, miraba el cielo repetidas veces sin tomarle importancia a nada, solo ella y sus pensamientos.
Amaba esos viernes tan anhelados a lo largo de la semana, ¡Los amaba! , eran de descanso extremo, nada de quehaceres, nada de estudios, eran completamente suyos; Lo único que podía hacerla salir de sus rutinarios viernes era...
-Maldita sea, faltan 15 minutos para entrar a clases...
Más que nada sus constantes atrasos a clases.
Tocó la puerta insistentemente a lo que su padre le abrió reprochandola por lo delgada que era su blusa.
-¡Tengo 20 años! , Déjame en paz.
+¡Dime eso cuando necesites dinero!, a ver si te daré algo...
Emily no lo escuchó, tampoco quería escucharlo, ya era suficiente con lo atrasada que estaba; Subía las escaleras lo más rapido que podía.
*Narra Emily*
Perfecto, esto es lo bueno de arreglar el bolso en la noche.
Uhmm.. ¿Que me falta?, Ah, Llevaré unas galletas por si me da hambre.