Salí de casa de Steph pasada la media noche, las calles estaban vacías y daba un poco de miedo debido a la falta de luz que había en ellas, no tenía que caminar mucho hasta casa pero cualquier cosa me podía pasar en el camino. Elimine todo pensamiento negativo para caminar con más seguridad, observando a todos lados en caso de que alguien me esté siguiendo pero no había nadie a excepción de un grupo de tres jóvenes, algunos con los que me había topado anteriormente y él estaba ahí también, con ropas negras y sus ojos penetrando los míos haciendome apartar la mirada que comparada a la de él era muy intensa. Bajé la cabeza y me limité a sólo mirar el cemento que iba pisando, daba la vuelta y ya estaría en la comodidad de casa junto a papá quién posiblemente se encontraría durmiendo.
Saqué las llaves de mi bolsillo y las introduje en la cerradura pero antes de entrar, me asegure por última vez que no había ningún acosador esperando mi momento débil y lo único que logré ver fue al mismo grupo de amigos de la vuelta mirandome como su próxima víctima, asustada entré a casa y cerré con llave, corrí a mi habitación y me metí bajo las sábanas como si eso funcionara de escudo anti-chicos.
Cerré fuertemente los ojos y me dispuse a dormir.*
Habían pasado tres días ya y para mi suerte no me lo había encontrado nuevamente. Papá estaba muy contento con mi estadía en su casa y anoche me dio la noticia de que está conociendo a alguien cosa que me lo tomé bien, él merece tener una mujer que lo ame y se preocupe de su salud cuando envejezca, exactamente en diez minutos más ella llegaría a casa a cenar junto a sus dos hijas; Leslie y Bárbara, la segunda era de mi edad y la mayor me llevaba siete años. Espero que podamos tener una buena convivencia.
Un rico olor llegaba a mis fosas nasales desde la cocina, esto va en serio ya que papá había arreglado la casa y hecho su plato especial. Me había vestido casual, no era nada elegante.
Bajé hasta la cocina para ayudar en algo pero mi ayuda fue rechazada así que me dispuse esperar viendo TV en la sala, cuando me había sentado el timbre de la casa sonó y supe que la visita había llegado.
-¡Anna, abre la puerta! -Gritó desde la cocina.
Se notaba lo nervioso que estaba. Fui directo a la puerta principal y al abrirla, me encontré con una mujer un poco más joven que mi progenitor, cabello castaño claro y una piel bastante blanca pero muy maquillada para mi gusto.
-Hola, pase. -Me hice a un lado.
-Buenas tardes, soy Roxanne. -Me saludó de beso en la mejilla.
-Annabeth. -Se dirigió hasta el sofá y se sentó.
-Supongo que tú eres Leslie, y tú Bárbara. -Las señalé a ambas sin quitar la sonrisa de mi rostro haciéndoles saber que eran bienvenidas.- Adelante. -Las invité a pasar. Me saludaron al igual que su mamá y se sentaron junto a ella en el sofá grande.
*
En resumen, la cena fue buenísima. Las tres eran adorables y nos hacían reír con todo lo que decían hasta llegar a sacarnos lágrimas. Ahora me encontraba lavando los trastos mientras mi papá ordenaba, luego de terminar subí a mi habitación para ponerme la pijama y dormir. Por una extraña razón di un vistazo a la calle por mi ventana y me quedé estática. Él estaba ahí frente mi casa mirando justamente a la que era mi ventana, su expresión fría llegó hasta lo más profundo de mi ser teniendo una fuerza sobrenatural, como si mi vida dependiera de verlo ahí con sus ropas negras fumando un cigarrillo.
Una extraña sonrisa adornó su rostro causándome escalofríos erizando los cabellos de mi nuca. Reaccioné y cerré la ventana con seguro, apagué la luz y me dispuse a dormir para mañana disfrutar de otro día, por suerte estaba de vacaciones.
Hola, yo aquí otra vez.
Les quiedo dar las gracias por leer y por seguir hasta el capítulo dos.
Espero que por favor voten y continúen con la historia hasta el final.All the love, I.