Destinada a ser mía. (Yuri) (EDITADO)

Comienzo a creer...

—¡Vaya! Al fin llegan –Exclamo la azabache aún molesta por la interrupción– Ya hasta estaba comenzando a salirme barba.
—¿Qué? A tí no te puede salir barba –dijo el pelirojo con algo de inocencia.
—Es solo una expresión, Aka –respondió con cara de obviedad– No seas idiota.
—¿Ustedes nunca dejan de pelear?- pregunto tranquilamente el albino.
—¡Claro que si! –respondió el mayor de todos con una gran sonrisa pasando su brazo por encima de los hombros de la chica– Cuando estamos en la cama solo me grita, pero no me insulta –dijo como broma y a cambio recibió un fuerte golpe en la nuca.
—Eres un imbécil –entonces la ojiazul noto que su amiga se abrazaba a si misma temblando de frío y la examinó con la mirada –Oye Yuu.
—Ma-Mande –su voz era temblorosa a causa del titiriteo que le provocaba el viento helado de las montañas.
—¿Por que abajo sólo traes puestos los boxers de tu hermano?– pregunto con una ceja alzada y gran curiosidad.
—Ah.... Pu-pues... eso –comenzó a removerse un poco inquieta, más que nada nerviosa de contar la razón de su vestimenta– Te-Tenia calor.
—¡¿Qué?! ¿Calor? ¡¿Encerio esa es tu mejor respuesta, Yuu-chan?! –pregunto el pelirojo muriendo de risa– Yo te diré lo que paso, Sho –dijo rodeándola por los hombros nuevamente.
—N-No te atrevas Aka –lo amenazo, pero al estar temblando de frío no logro intimidarlo mucho que digamos.
—Lo que paso fue que Yuu-chan como toda "princesita" –dijo haciendo comillas con los dedos– tuvo la necesidad de ir al baño, pero como es toda una "dama" –menciono sarcástico– no quiso ir a hacerlo en un lindo arbolito y termino orinandose encima de su dragón.
—A-Ahora él ya no quiere llevarme –dijo sumamente avergonzada.
—Ay, a ver... ¿quien es la princesita que se orinó? –se burlo de ella, Aka.

La albina se llenó totalmente de furia tras esos comentarios y comenzó a correr tras de él, intentando alcanzarle para propinarle al menos unos díez golpes en cada mínima zona del cuerpo.

—Y bien, veo encontraste al dragón –le dijo Fujisaki haciendo tema de conversación.
—Si. Pero como vez no es del tipo que nos dijeron –respondió mientras ambos veían al majestuoso y colorido dragón arco iris– Y encontré algo aun mas interesante –susurro para sí misma.
—Lo domaste muy rápido ¿no? –comento asombrado.
—Ah, en realidad no lo dome –e encogió de hombros restándole importancia al asunto.
—¿Eh? Pero no nos ataco.
—Eso es porque se podría decir que ya tiene dueño.
—¿Encerio? ¡¿Quien?! –pregunto muy interesado.

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—¡Ven aquí, Aka! –gritaba muy molesta, del enojo que traía hasta se olvido del frío. Lo que le hizo el pelirojo era algo que nunca le perdonaría, la había avergonzado frente a la persona que tanto amaba a pesar de haberle pedido una y otra vez que no le contara nada.
—Jaja. Hasta crees, ¡ven y atrapame, lenta! – le grito mirando hacia atrás por lo que, al correr sin fijarse, tropezó con alguien cayendo sobre la persona.
—Auch –se quejaron ambos al mismo tiempo, mientras que Yuu detenía su carrera.
—Lo lamento no vi por donde iba...–intento disculparse torpemente, más aun al mirar a la bella criatura que se encontraba debajo suyo– qu-que hermosa eres –dijo sin pensar.

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Fujisaki y Shouri corrieron hasta donde los demás se hallaban en cuanto oyeron un color seco y lo que vieron no le hizo nada de gracia a la chica arquera. Su linda y recién adquirida dragonesa estaba sobre el suelo y bajo el cuerpo de un gran idiota pervertido. Con grandes pasos fue hasta llegar ellos y antes de que Aka le pidiera ayuda para levantarse ella le dio una patada en el estómago que le hizo rodar a un costado y que seguramente le dolería al menos por una semana.

La pequeña rubia se asusto al ver como el chico sangraba un poco por la boca y pensó que a ella le haría algo similar. Se tranquilizó cuando vio que solo le tendió la mano para ayudarla a levantarse y se sacudió la nieve de su vestido.