Carta 3.

18 2 0
                                    

Querida Aileen;


Últimamente no me entiendo. Estoy bien, me río y me divierto, pero en el fondo siento un vacío que no desaparece aunque esté riendo a carcajadas.

Pero luego te veo, leyendo en silencio en la sala de castigos cada martes por la mañana. Es triste tener que sentarme al otro lado de la habitación, cuando podría acercarme a hablarte y preguntarte qué tan interesante es lo que lees para que ni siquiera prestes atención a lo que sucede a tu alrededor. Pero luego pienso en que quizás te incomodaría mi pregunta o incluso mi aparente entusiasmo al hablarte, y todas esperanzas


Cartas del Corazón | Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora