Capitulo 1 "Coqueteos Y retrasados mentales"

98 7 1
                                    


Hanna Pov

Era demasiado temprano para que alguien estuviera despierto, pero en realidad no era temprano para ella. En realidad era tarde. Se había despertado, presa de terribles pesadillas que habían arrancado a su conciencia del plano onírico, que dicen que se encuentra entre en el de los vivos y el de los muertos. Y ese dicho no podía ser mas adecuado, dada la naturaleza de los sueños que la habían asaltado. Muertos, Personas que lloraban, se quejaban de haber sido arrancados violentamente del mundo de los vivos, o antes de tiempo. Personas que echaban de menos a otras que no las acompañaron, que se sentían solas, o que llevaban demasiado tiempo vagando por aquel plano como para recordar que alguna vez existió otra cosa para sus pobres almas. Personas que no recordaban haber poseído un alma. Personas que no recordaban lo que era la soledad, y por ende, no sufrían Personas que no tenían conciencia de su propia existencia, dado que llevaban haciéndolo desde hacia demasiado tiempo como para que ningún ser pudiera contabilizarlo. Personas que le miraban con esos ojos vacíos, muertos, como si no le vieran realmente. Como si no estuviera realmente allí. Personas que si le veían, y le reclamaban por su intrusa presencia en un lugar que no le correspondía. Que se lamentaban y trataban de alcanzarle, como si ella pudiera realmente hacer algo por ellas. Personas que habían visto interrumpido su descanso. Personas que no recordaban lo que significaba esa palabra. Personas que la miraban, sorprendidas de que ella les estuviera devolviendo la mirada. Porque no debería poder. Nadie podía escuchar el susurro de sus voces. Ni sentir su dolor. Nadie que no tuviera la sensibilidad necesaria para hacerlo. Nadie que no tuviera una conexión con aquel mundo. Y era terrible, el precio que había que pagar a cambio de tal tormento. Porque los vivos no tienen cabida en el reinado de los muertos. Y los propios muertos atormentan a los intrusos hasta llevarles a la locura. Hasta que, voluntariamente, decidan unirse a ellos. Porque las mujeres muertas no cuentan cuentos. Pero Hanna no estaba allí de verdad. Esos es lo que se repetía a si misma entre lagrimas que la calidez del fuego no conseguía secar con la suficiente rapidez. Y eso era algo de lo que algunas de esas alamas parecía haberse percatado entonces. No estaba allí. 

Jordan Pov

Desperté como siempre para ir al instituto, apago el despertador lanzándolo a la pared, oigo que alguien grita al otro lado de la puerta.

-¡Es el tercero en el mes que rompes!- Y se va riendo.

-¡Cállate mundana!- Le grito antes de que se aleje por completo y se ríe mas.

Luego de treinta minutos intentando levantarme enredo mis pies a las sabanas y caigo de cara al piso.

-¡Auch!

Después de levantarme todo adolorido, me dirijo al baño para darme una buena ducha. Al salir del baño me visto y bajo para desayunar.

Cuando bajo veo a mamá terminando el desayuno, papá leyendo el periódico y a mi adorable hermanita (nótese el sarcasmo) comiendo su cereal. Mi mamá dirige su mirada hacia mí.

-¿Qué haces aun aquí?- Me mira extrañada.

- Buenos días. Amanecí bien, gracias ¿y tú? - Le digo sarcásticamente.

- No me jodas, ya vas tarde al instituto- Dice señalando el reloj de su muñeca.

-¡Rayos!- Le arrebato a Tiara su tostada y salgo corriendo.

Verdad o Consecuencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora