Prefacio.

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23 años atrás.

Betty se sentía realmente mal con 7 meses de embarazo y sin saber nada del padre de su hija sentia que su mundo iba en decadencia lo cierto era que por peor que se sintiera por su bien y el del pequeño ser que crecía dentro de su vientre su padre no podía saber de su existencia.

-¿Hija?

Betty miro a su padre el general Thunder Ross el cual había ayudado a decidir no decirle nada a Bruce Banner el padre de la bebe que esperaba, había pocas posibilidades de sobrevivir pero ella prefirió seguir con las pocas posibilidades a quitarle la esperanza a alguien que posiblemente sería mejor que ella en lo que respecta a marcar la diferencia.

-Aquí estoy padre.

Thunder miro a Betty que ya tenía unas ojeras muy marcadas y se encontraba muy pálida, aquel embarazo la estaba matando lentamente y los dos ya lo sabian, Betty miro a su padre que después de 5 minutos aún seguía observándola con detenimiento alguno.

-Hija, el doctor dijo que no sobrevivirás, salió en los últimos exámenes.

Betty no escuchó nada que no hubiera escuchado en las últimas 5 citas con distintos doctores cada una.

-Ya lo sé papá.

Su padre suspiro no quería perder a su única hija, su más preciado tesoro se le estaba yendo de las manos y el no podía hacer nada.

-Hija, ya no puedo hacer nada, se que no voy a cambiar tu opinión, pero te prometo que cuidaré a la pequeña que viene en camino.

Betty sonrió su padre había comprendido ya que hiciera lo que hiciera la bebe, nacería aunque por ello perdiese la vida.

-Gracias padre.

El general se pasó la mano por la cara algo decaída y se dejó caer en la cama al lado de Betty cuidando que no le hiciese daño a esta.

-¿Has pensado en algún nombre?

Betty sonrió si ya tenía un nombre y le parecía hermoso aparte de que este tenía diminutivo así como el de ella Beatriz-Betty.

-Si, quiero que tenga el apellido de su padre.

El hombre hizo una mueca, era peligroso pero por lo menos le diría que su padre murió o tal vez le hablaría con la verdad.

-No me cae bien.

-Papá, por favor se sincero con ella.

Ross asintió ante la pequeña y sincera petición de su hija que era igual que su madre.

-Vale, con apellidos y todo ¿cómo se llamaría?

Betty orgullosa pronunció.

-Se llamará Alena Banner Ross.

Créditos a la portada preciosa a -Naria

Alenna Banner || Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora