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2006, Homs-Siria.

Aquel hombre gritaba de sufrimiento, manchando de sangre las finas telas que cubrían su cuerpo. Sus gritos desgarradores aparentemente eran algo de total gracia para el grupo de hombres uniformados de negro.

-Observen bien hijos míos, observen lo que ocurre con los pecadores, con los que practican la Sodomia, ellos no serán bien vistos por Alá.

Tres muchachitos de 13 y 12 años de edad estaban presentes, dos observaban con total normalidad aquel acto bárbaro y grotesco de parte del mayor para con aquel hombre, sin embargo, uno de ellos estaba petrificado, nada más quería correr de aquel sitio.

- Hey, te encuentras bien Louis? - Preguntó el joven Zaaeeth, hijo de Hassan (Gobernante de las ligas terroristas de Siria)

Louis removió su rostro y negó.

- Entre unos años haremos peores cosas que estas-Tocó su hombro en forma de consuelo.

Los azules ojos de Louis miraban con horror y total desaprobación la siguiente escena.

Los hombres con uniforme se colocaban en círculos alrededor de su víctima, luego de haberlo caído a latigazos por minutos interminables. Cada uno con su arma en mano apuntándolo por diversas partes del cuerpo mientras el hombre pedía clemencia.

-¿Alguna cosa que decir?-Preguntó el padre de Zaaeeth.

- Piedad.

Y entonces los hombres rieron de dicho comentario para luego soltar el gatillo de su arma y dispararle al cuerpo del tipo tantas veces como les fue posible hasta dejarlo sin vida.

-Ha muerto el bastardo - Murmuró el tercer muchachito, Yahil. Con una sonrisa en los labios.

- ¿Han visto eso? - preguntó Hassan orgullosamente a los muchachitos, que pronto asintieron. -¿Quisieran cometer su primer asesinato justo ahora?

Los tres se miraron la cara. Yahil asintió frenéticamente con evidente emoción en su rostro. Zaaeeth también asintió, no podía negar un pedido de su padre. Louis dudó por un momento pero luego también asintió, sabia que no podía evitar lo inevitable.

El hombre con barba sonrió con gusto mientras llamaba a sus leales vasallos para que trajeran armas y tres de sus víctimas, entre ellas una mujer.

Apolo y Jordán, quienes eran los vasallos de Hassan. Tiraron las víctimas al suelo tal como un saco de estiércol y entregaron a cada niño un arma.

A Yahil le dieron un revólver para su víctima, un hombre negro de alta estatura.

A Zaaeeth le dieron una escopeta, su víctima era un jovencito de poca edad, quizás 15 o 14 años.

A Louis le dieron una daga, su víctima había sido una mujer evidentemente golpeada.

-¿Podríamos saber la causa de su castigo?- preguntó Zaaeeth a su padre.

- Este negro de acá, es un impuro, no hay sangre afroamericana en Siria, obviamente es fruto del pecado de alguna inmunda con un asqueroso negro, igual a él. Puedes disparar, Yahil - Hassan dió la orden.

El de ojos grises no dudó para hacer del hombre un colador, dió cinco tiros, dos en su cabeza y tres en su pecho. Luego se le vió relajado y la expresión en el rostro de Hassan era el orgullo vivo.

- Bien hecho.- Caminó unos pasos hasta tocar el hombro de su hijo y señalar a su víctima - Este vagabundo, entró a robar a mi casa, es el más descarado de todos y por eso merece la muerte.

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⏰ Última actualización: Jan 03, 2016 ⏰

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