Capítulo 10 #Otra oportunidad.

425 41 8
                                    

-Yo... Ah.

Fue todo lo que pudo pronunciar Perrie. Aunque sospechaba de gustarle a Reagan, jamás se imaginó que eso pasara verdaderamente. Su mente se puso en blanco y Reagan no podía controlar sus nervios. Ambas se miraban hasta que Perrie salió de su trance.

-No sé qué decir, yo... -dijo Perrie y miro hacia los lados, al ver que nadie las estaba viendo, tomó de la mano a Reagan y la metió a su departamento, cerrando la puerta detrás de ellas. La cara de Reagan se tornó confusa cuando Perrie la sentó en su sofá y ella tomó asiento a un lado de esta. -Estoy confundida. -finalmente habló.

-Oh, entiendo... Espera, sobre que? -dijo Reagan, desilusionandose cada vez más al no tener un "si" por parte de la chica que estaba alfrente suyo.

-¿Porque me pides eso? Nunca me dijiste nada... -dijo Perrie de la manera más inocente, aún viéndose pensativa.

-Perrie, era muy obvia -río un poco Reagan, queriendo romper la tensión -Bien, creo que necesitas una explicación porque esto se está tornando extraño y confuso... Tú me gustas Perrie. Me atraíste desde que te vi y me gustaste cuando te conocí, había intentado ocultarlo pero no pude ser más obvia y al saber que no tenías nada con nadie eso me dio motivos para darnos una oportunidad, va, si eso quieres tu... Yo, no quiero presionarte o a obligarte a que yo te guste también, realmente pensé que también te guste yo, igual aunque no lo hicieras quise que lo supieras porque si algo aprendí fue a nunca guardar nada y aprovechar la vida y las oportunidades que te da. Solo eso... -Reagan miro al suelo jugando con sus dedos y la mente de Perrie era un nudo.

-Reagan, tú me atraes también pero no he pensado en si me gustas, no es que no quiera... Si no que no se me había ocurrido que pudiera pasar -Perrie se pasó las manos por su cabello y Reagan la miró.

-¿Quieres que te de tiempo de pensarlo?

-¿No te molestaría? -Perrie sonrió con pena y Reagan tomó su mano para tranquilizarla y sonrío.

-Claro que no. Esta bien que lo pienses, de hecho me parece más reconfortante saber que lo pensaras y que no me dirás 'no' directamente. -ambas sonrieron. -Pero si te pediré que no me niegues esto. -Reagan tomó la rosa que llevo con ella y se la dio a Perrie en las manos. Perrie la miró.

-Supongo que no puedo decirte que no. -Perrie río y rompió la tensión que se había formado.

-Bien, ahora me voy. Supongo que ahora que pensaras las cosas necesitarás tiempo, y no te veré desde entonces...

-¿Por qué? -Perrie se asusto un poco con la idea de no ver a Reagan.

-Por qué no quiero presionarte Perrie, estaría bien que lo pienses mientras no salgamos juntas o nos veamos todo el día, ya sabes...

-Oh, entonces... Te veré cuando lo haya pensado, supongo.

-Espero no tardes meses, o peor; años. -ambas rieron de nuevo, Reagan se puso de pie y Perrie la siguió. -Ahora, hasta luego Perrie.

-Hasta luego Reagan. -ambas se quedaron mirando sin saber cómo despedirse, pues ahora era algo diferente saber que una de ellas quería algo más que amistad. Lentamente Reagan se acercó a Perrie sin que está último se aleje, Reagan al ver esto dejo un beso en su mejilla y se despidió de ella, desapareciendo después de que salió por la puerta. Perrie buscó algo para dejar la rosa y la puso en agua.

Tenía mucho que pensar. Bien. Ahora sabía que Reagan gustaba de ella y que quería intentarlo con ella pero, ¿Perrie quería? Cuando Reagan había tomado su mano o incluso besado su mejilla, no había causado ningún tipo de nerviosismo o si quiera esa emoción que había sentido hace un par de años cuando se enamoró por primera vez. Pero y si necesitaba tiempo para eso? ¿Qué tal si terminaba enamorada y feliz esta vez? ¿Por qué se negaría a darse una oportunidad? No encontraba razones para decir que no, Reagan le parecía atractiva y su personalidad le gustaba a decir verdad, ¿entonces que la detenía? Y entonces por su mente volvió a cruzar Jade. Perrie se tiro a su cama y miro el techo. ¿Por qué seguía pensando en esa chica imaginaria? ¿Por qué sentía que si existía? Era como si tuviera una esperanza de que en verdad ella estuviera por ahí, caminando por las calles de Londres, con más vida de lo que ella imaginaba. Perrie suspiró fuertemente, sintiéndose decaída. No podía hacerse eso así misma. No podía negarse a vivir su vida solo por unas estupidas esperanzas. Pero era difícil, por que ella quería en verdad que esa chica existiera, lo que había sentido en ese sueño era imposible de olvidar. Ese sentimiento seguía ahí y eso jamás había sucedido, ese sentimiento la hacía sentir viva.

La chica de mis sueños | Jerrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora