1. Así éramos.

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Jueves, 29 de octubre.

Al sonar el timbre que marcaba el almuerzo, los alumnos salieron de sus salones como si de animales salvajes se tratara. La mayoría se dirigió a la cafetería donde el olor de comida y el ruido de conversación reinaban el ambiente. En una de las mesas redondas, pintadas de rojo brillante y con letras en blanco que decían "Preparatoria de Colorado", se encontraba Sabrina Carson, la chica miraba a su teléfono mientras arrancaba pedacitos de su muffin y se los comía, sin demasiado interés.

-Hola.- Hablo alguien en un tono animado, la rubia guardo su celular y miro a la persona que la llamaba.

-Hola, Kiara.-La pelirroja le devolvió la sonrisa. Si Sabrina tuviera que describir a Kiara Mellet en una palabra, su elección seria sencilla; intensa. Esa chica era sin duda intensa, de su grupo de amigos, Kiara había sido la última con la que había comenzado a hablar, pero eso no significaba que no se llevaran de maravilla.

-¿Lista para la fiesta de Halloween?-Pregunto Kiara.

-Ni en lo más mínimo.

-No te preocupes, estoy segura que Hayley ya tiene planeado nuestros disfraces.

-Oh, sí que lo hace.-Otra persona más llego y se sentó al lado de Sabrina, sonriendo. Hayley Sanders era reconocida por el enorme amor de persona que era. Al menos que no estuvieras en su lado bueno, y eso casi nunca pasaba pero si ese es el caso, deberías tener cuidado. Pero ambas chicas tenían la suerte de tener los mejores lugares en su lado bueno, y estaban agradecidas por eso, ninguna estaba segura como hubieran sobrevivido varias cosas sin ella.

-¿Por qué no me sorprende?-Dijo Sabrina en un tono sarcástico, su mejor amiga le saco la lengua, las tres rieron. Sabrina y Hayley se conocían desde pequeñas y siempre habían sido extremadamente unidas, básicamente hermanas. El grupo de amigas siguió hablando por unos momentos hasta que una persona más llego a la mesa y se sentó al lado de Kiara, Sabrina miro al chico alto, de ojos verdes iguales a los suyos e inhalo profundamente.

-¿Qué quieres, James?- Pregunto ella algo molesta, sabiendo que su hermano usualmente le hablaba solo para molestar.

-No seas tan amargada, hermanita. ¿Me prestas dinero?-Cierto, solo le hablaba para molestar o pedir algo, la chica rodo los ojos e ignoro a su hermano, a veces olvidaba lo persistente que podía ser si se lo proponía.

-Que no, aun me debes veinte dólares de la última vez.

-¿Hayley?- El rubio se giró a la castaña, haciendo ojitos de cachorro. Hayley agarro al chico por la cara y lo acerco a la suya.

-Los pucheros no funcionan conmigo, Jem.-James se alejó vencido, desde muy jóvenes, los dos se trataban como si fueran hermanos, Hayley la mayor, obviamente. Siempre estaban para ayudar al otro si necesario y se querían bastante. El rubio volvió a mirar a su hermana de sangre y ambos siguieron discutiendo hasta que el chico finalmente se rindió y paso su atención a molestar a la pelirroja, como era de costumbre.

-¡JAMES!-Le grito Kiara enojada, lanzándole una uva de regreso al rubio.

-Qué bonita te escuchas gritando mi nombre, Kiara.-La joven se puso casi tan roja como el color de su cabello y golpeo fuertemente al chico en el hombro. Y así siguieron peleando hasta que Hayley tuvo que pararlos, como siempre.

-¡Maldita sea, parecen niños, compórtense!

-Sí, mamá.-Contesto James en un tono burlón por lo que recibió un golpe en la cabeza por parte de la chica de cabello oscuro. Se escuchó a alguien reír y un chico de cabello castaño actualmente cubierto por un gorro se sentó al lado de Sabrina.

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