Once de la noche

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Apago el móvil.
luego lo volveré a encender,
no tengo otro despertador.
Luego.
Esperaré a que ella,
a algo menos de
mil kilómetros
al norte,
se quede dormida
en su cama de sábanas
rosas,
sin mi llamada diaria.
Entonces, me disculparé,
y me quejaré.
Este móvil
no recibe tus mensajes.
Este wi-fi
se desactiva solo.
Este cargador
no ajusta bien.
Esta tecnología...
No es mi culpa,
cariño,
perdóname.
Di que no te importa,
pero dilo mañana.
Cuando tú madrugues
para ir a clase
mientras yo madrugo
para bajar la persiana
y seguir soñando
que me follas.

El ser mundanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora