"No quiero esas pequeñas conversaciones. Escribeme, y sin decir hola, cúentame porque te molestaste con tu mamá esta mañana. Dime porque tienes ese lunar que tiene forma extraña en tu espalda. Mándame párrafos sobre la vez que te quedaste en casa de tu familia lejana ese verano.
Llamame a mitad de la noche y explicame porque crees en Dios. Dime sobre la primera vez que viste a tu papa llorar. Habla por horas sobre cosas que crees que no son importantes pero te prometo que te escuchare todo y te prestare atención. Dime todo. No quiero una persona que solo me pregunte " que haces".