Skrillex's sister© | Justin Bieber | Finalizada

20; Rosas

—¿Qué crees que debería de hacer?—pregunto tras un resoplo, Kenny bufa y se queda pensando unos segundos hasta que sonríe.

—Uhm, envíale flores—sonrío y me levanto del sofá.

—¡Gracias!—beso su cabeza fugazmente y agarro mi chaqueta para salir de su casa y dirigirme hacia una florería.

(...)

Una vez que entro, una anciana me recibe con una gran sonrisa, la cual correspondo, se acomoda los anteojos y da la vuelta al mostrador de mármol para acercarse a mí.

—Hola señor Bieber—me besa la mejilla seguido de un abrazo como si me conociera de toda la vida y frunzo el ceño por dicho acto.

—Hola...

—Alicia, me llamo Alicia—asiento fingiendo que me importa, sólo quiero unas malditas flores, no una jodida escena de cariño hacia una anciana que hace diez minutos antes ni sabía de su existencia.

—Al parecer ya sabes quien soy—susurro más que incómodo luego de que por fin me suelta, asiente feliz y juguetea con sus viejas y arrugadas manos.

—Sí, lo sé, mi nieta es gran fan de tu música—me desarreglo el cabello y alzo ambas cejas esperando a que me pregunte que quiero, ya no quiero seguir hablando con ella, no me agrada ni me apetece—. En fin, ¿qué se te ofrece?—¡al fin! Gracias dios por escucharme y amarme con todo tu corazón.

—Uhm, quiero llevarle flores a una chica muy importante para mí, pero no sé cuales—la anciana mira a su alrededor y luego va hacia unas rosas rojas, saca un par y hace lo mismo pero con unas de color rosa, las coloca sobre una caja redonda y me las entrega.

—Estoy casi segura de que las rosas le encantarán-me sonríe y cuando voy a sacar el dinero del bolsillo trasero de mis jeans, niega con la cabeza, ¡me las está regalando! Debería de aprovechar, bueno, no—. Oh no, es un regalo.

—Tome—le entrego el dinero y sus ojos parecen iluminarse, ¿acaso nunca nadie viene a comprarle flores?

—Gracias—me despido y me largo de allí.

Subo al auto junto a mis guardaespaldas y le digo a uno de ellos que me lleve a la casa de Channel, asiente y me recuesto en el asiento tras un largo suspiro, espero que esto funciona, aunque si no es así, haré mil intento para que me perdone, por más patético y cursi que sea.

Llegamos a su casa y lo primero que hago es tomar una bocanada de aire para luego bajar.

Muevo mis pie torpemente hacia su puerta y cuando estoy frente a esta toco su timbre, espero unos segundos que para mí parecen ser milenios, y esta se abre, encontrándome con su ama de llaves, quien sonríe amablemente.

—Hola Ju...—posiciono mi dedo índice sobre mis labios indicándole que guarde silencio y asiente rápidamente.

—Entrégale esto a Channel, pero no le digas que he sido yo, ni mucho menos quien ha tocado la puerta, ¿de acuerdo?—le doy las rosas junto con una tarjeta y las observa detenidamente.

—De acuerdo.

—Adiós.

(...)

Sigo esperando aunque sea un jodido mensaje de agradecimientos de parte de Channel, pero no, hace ya dos putas horas estoy mirando el techo como un maldito condenado mientras que mi querida mejor amiga está hablando con no se quien mierdas por teléfono.

Me asusto ante el ruido de mi celular y lo agarro para encontrarme con una llamada de Nel, sonrío como un maniático y le contesto.

—Ho....

—¡Te odio!—lo alejo de mi oreja y hago una mueca—¡Sé que fuiste tú el que me mandó las malditas rosas!—¿Acaso no le gustaron? Esperen, ¿está llorando?

—¿No te gusta...

—¿¡Sabes dónde puedes meterte las rosas!? ¡En el culo!—¿por qué está gritándome de esa manera si debería de hacer lo contrario? Estoy confundido.

No deja que diga más ya que finaliza la llamada, tiro el teléfono a alguna parte de la cama  y vuelvo a mirar el techo como si este fuera divertido.

—¿Qué sucedió?—miro a Kendall y me siento.

—Al parecer no le gustaron las rosas—ella hace lo mismo y me observa confundida—. Me ha llamado llorando y gritándome que me odia.

—¿Has dicho rosas?—asiento y golpea su frente con la palma de su mano—¿Acaso eres idiota o qué?

—¿Qué hice mal ahora?—pregunto tras poner los ojos en blanco.

—Ella solía publicar fotos en instagram cuando Calvin le enviaba rosas,y para ser específica eran del mismo color—miro las sábanas blancas y suspiro.

—Estoy haciendo todo mal últimamente.

—Lo sé—la miro con odio y me tira un beso—¿Ahora que hago?

—Búscate a otra, deja de obsesionarte con cada chica que ves y te gusta, es enfermizo y estúpido.

—Tú eres estúpida.

—También, pero es más estúpido lo que tú haces.