Llegué a California diez días antes de empezar el curso escolar, así que tuve tiempo de adaptarme al horario y al barrio. Durante diez días mi vida se basó en estar en casa de mis tíos y salir de vez en cuando con mi prima a dar una vuelta por el barrio. Mi tío era californiano, y mi tía era española, hermana de mi padre, y mi prima tenía tres años menos que yo. Al principio parecía que todo iría bien, exceptuando que estaba triste por la ruptura con Bruno, y sus whatsapps no ayudaban; y por dejar atrás a mi familia y amigos; pero todo mi gozo en un pozo cuando me di cuenta de que estaba equivocada, pensaba que sería una nueva etapa de libertad, pero al parecer, mi tía era muy parecida a mi padre, y además, este le había dado claras instrucciones de como tratarme. Siempre exigencia máxima en los estudios, no me estaba permitido ir de fiesta exceptuando fiestas importantes como Fin de Año o Acción de Gracias, y sólo hasta las dos a.m. (al ser un país extranjero habían reducido el horario), y ahora que sabían que había roto con Bruno, nada de chicos, a no ser que fuesen muy estudiosos como yo y con una carrera y unas calidicaciones buenas, para que no me distrajera de mis obligaciones. Lo peor fue que aparentemente, mi tía se lo tomó todo al pie de la letra.
La noche anterior al comienzo de las clases, mi tía me presentó a Daniel, el vecino de al lado, su hermano pequeño por lo visto era amigo de Leslie, mi prima.
-Vanessa, este es Dan, irás mañana con él hasta la facultad en autobús, será tu guía.
-Hola Vanessa. -Me dijo el chico desde la entrada de la casa. Yo me limité a saludarlo con la mano tímidamente.
Al día siguiente me costó levantarme, pero tras desayunar y vestirme con mis vaqueros levis y mi jersey de dolce&gabanna, me pinté los labios de rojo y me cuidé un poco el maquillaje. A mis padres tampoco les parecía bien que me maquillase demasiado, dicen que lo mejor es ser natural y que no debería perder el tiempo en esas chorradas.
Por el camino, Daniel y yo apenas hablamos, fuimos el trayecto en autobús en silencio, cada uno con su música. Cuando nos bajamos, tuvo que hablarme pues necesitaba saber cuál era mi edificio y a qué clase debía ir.
- Esto, Vanessa...
- Llámame Nessa por favor, detesto ese nombre.
- De acuerdo, Nessa, ¿qué carrera vas a hacer?
- Traducción.
- De acuerdo, creo que el edificio es en B, aquel de allí. - dijo señalando uno de los cuatro bloques. - Si no te inporta compruébalo tú misma, porque yo he de ir a mi clase, y el profesor es estricto con la puntualidad.
- Claro Daniel, ¿Nos vemos aquí a la salida?
- Sí, y llámame Dan.
Nos despedimos y me dirigí al bloque que Dan me había señalado, y al entrar, pregunté en recepción que dónde debía mirar el horario. Me indicaron que yo estaba en el grupo D, y que el aula que me correspondía estaba en el cuarto piso. Uf. Espero que haya ascensor. Pensé. Y en efecto, lo había, pero resultó que sólo les estaba permitido el uso a los minusválidos o a los lesionados, así que me resigné y subí a pie. Llegué al aula y justo detrás entró el profesor de gramática inglesa. Nos pidió a todos que nos presentáramos con una breve frase, y el resto de la clase se lo pasó explicando cómo iba a desenvolverse el curso. Las dos horas siguientes fueron exactamente igual, solo que eran asignaturas distintas. El día transcurrió sin que nadie se acercase a hablarme más que Daniel en el almuerzo, pero tampoco yo hice ningún esfuerzo por conocer gente.
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Outlaw
FanfictionNessa es una joven que siempre ha vivido bajo lo que ella consideraba una dictadura, pues tenía unos padres estrictos, pero conoce a un chico, Ashley, que le hace sacar su lado salvaje y rebelde. Sin embargo, la vida no es un cuento de hadas y princ...